|
Duelo de históricos en Kiev. (foto: La Media Inglesa) |
En agosto del pasado año hacíamos en este blog la previa de la edición de la temporada 2017-2018 de la Champions League. El titular era
claro. Casi nueve meses después, el rey de reyes sigue más vivo que nunca y está en otra final, la tercera consecutiva, que podría significar su cuarto triunfo continental en cinco años. Muchos podían apostar a que los Blancos estarían en esta situación de nuevo, pero pocos o ninguno dirían por aquellas fechas que su rival sería el Liverpool. Curiosamente, la historia, a veces traicionera y caprichosa, dice que los
Reds son el último equipo que le ha ganado una final de Copa de Europa al equipo madrileño, hace 37 años.
Por aquel entonces, Inglaterra era el gran dominador europeo. Siete entorchados en ocho años entre 1977 y 1984, cuatro para los de Anfield, que vieron su freno de forma radical en 1985. La final entre Juventus y Liverpool acabó significando uno de los episodios más negros del deporte, la
tragedia de Heysel. Debido a esto, los clubes ingleses fueron sancionados sin jugar competiciones europeas durante cinco años, seis para el Liverpool. Mientras el balompié inglés vivía su época de oro en el continente, el español experimentaba su propia mediocridad. En 1981 eran ya quince años sin Copas de Europa españolas (y madridistas), que se alargaron once años más, cuando el Barça ganó en Wembley su primer título máximo de Europa. "La Quinta del Buitre" no lograba romper las barreras que "el Madrid de los yé-yé" tan bien conocía. Una final perdida y un sinfín de eliminatorias rocambolescas que nunca caían del lado Blanco.
|
Alan Kennedy fue el héroe de la cuarta red. (foto: goal.com) |
Las cosas han cambiado mucho desde ese lejano 1981. Inglaterra no volvió a una final hasta 1999 y desde esa noche loca en el Camp Nou, de la cual ese tiempo de descuento sigue dando pesadillas a algunos aficionados del Bayern y grandes recuerdos a los
red devils, solo la han ganado tres veces más (Liverpool 2005, Manchester United 2008 y Chelsea 2012), cayendo en la orilla en cinco ocasiones (una final inglesa incluida). En cambio, desde 1992, año en el que cambió el formato del torneo, España ha ido a más. Seis títulos más para el Real Madrid, concentrados la mayoría en esta década, y cuatro más para el Barcelona, junto a finales en las que Atlético de Madrid y Valencia también estuvieron presentes. De hecho, de cinco finales perdidas por los clubes españoles desde 1992, solo dos no fueron ante otro equipo nacional.
Real Madrid y Liverpool cuentan con un honroso historial europeo en sus espaldas, que como se ha demostrado en esta edición, pesa mucho en este torneo. O por lo menos así ha sido esta temporada. Los merengues no han desenvuelto de forma regular su mejor fútbol, pero tampoco les ha hecho falta. PSG,
Juventus y Bayern Múnich, superpotencias del fútbol mundial, cayeron en sus garras, no sin antes poner en aprietos al equipo de Zidane. Las doce Copas de Europa fueron más que la superioridad rival, sobre todo de italianos y alemanes, que en el Bernabéu no lograron arreglar sus errores de los partidos de ida... por muy poco. Con estos triunfos agónicos los madridistas han hecho olvidar que en fase de grupos se volvió a acabar pasando como segundos. Pero es que así ganaron la pasada campaña. Porque lo importante llega en febrero, y en la Casablanca lo tienen claro.
Aún así, hay un monstruo que ya desde el minuto uno ha ido, va e irá al 200%. Cristiano Ronaldo llega a la final con 15 tantos en su haber solo en Champions. A pesar de pasar desapercibido en semifinales ante el Bayern Múnich, su inagotable voracidad le hará seguir siendo tan peligroso como siempre en la gran final de Kiev. El ejemplo de Cardiff está muy presente. Dos tiros a puerta le bastaron para anotar dos goles que fueron como dagas mortales para la Juventus.
|
Cristiano ante su quinta final de Champions. (foto: @LaLiga) |
Pero si de goles hablamos, el rival sabe algo de ello. 40 goles en 12 partidos, una media de 3,3 por choque, han anotado los de Jürgen Klopp, incluyendo un 7-0 ante el Spartak de Moscú y un 0-7 en casa del NK Maribor. De esas cuatro decenas, la gran sensación de la temporada, Mo Salah, ha marcado diez, los mismos que Firmino y uno más que Sadio Mané. Un egipcio, un brasileño y un senegalés. El trío más temido por toda Europa. Con ellos al frente, los
reds solo han perdido el encuentro de vuelta de semifinales en todo el torneo. Todo eso a pesar de que en invierno, antes de las fases del KO, perdieron a su gran estrella, Phil Coutinho, camino de Barcelona. El técnico germano supo reamoldar a su equipo para destrozar al
Oporto, desarbolar, en una de las "sorpresas" del año, al temido
Manchester City y desactivar a la revelación de la
Roma.
Si todo sigue su curso, Zidane repetirá casi hombre por hombre el once de Cardiff. Keylor Navas será el seguro en la portería y uno de los por qué el Real Madrid ha llegado aquí. Sin sus actuaciones ante Juve y Bayern no se entendería esta final. En defensa, Carvajal por el flanco derecho, Marcelo y sus locuras que tanto dan en ataque y tanto quitan en defensa (ojo al duelo con Salah) por el izquierdo, y el capitán Ramos junto a Varane en el eje de la zaga. Casemiro liberará a los cerebros Modric y Kroos en la sala de máquinas. Por el centro del campo debería buscar el dominio el conjunto de Zizou, pocos (o ninguno) mejores en Europa. Enganchando Isco Alarcón, siempre importante en las grandes citas, y arriba Bale acompañando al demoledor Cristiano Ronaldo. El galés ha realizado un gran final de Liga, sobre todo comparado con lo que venía haciendo, y ha desplazado a Benzema, a pesar de que el francés fue providencial en el Bernabéu contra el Bayern. En la segunda mitad, la electricidad de Lucas y Asensio o la conducción de Kovacic serán las opciones más factibles para el entrenador galo.
Pocas dudas también en el seno de Anfield. Loris Karius se ha asentado en la portería, y a pesar de su mala actuación en Roma, ha ido a más en los últimos meses. Alexander-Arnold y Andy Robertson serán los laterales. El crecimiento de estos jóvenes futbolistas ha sido meteórico esta campaña. Los centrales serán Van Dijk y Lovren. Desde la llegada del holandés, la zaga red es menos propensa a cometer errores infantiles que hacían impensable que el equipo llegase a estas alturas. Aún así, el
miedo sigue presente. En el centro del campo, con la lesión de Oxlade-Chamberlain, Wijnaldum acompañará al capitán Henderson y al máximo asistente de la Champions, James Milner. Cumplidor como pocos, ya sea de lateral o de mediocentro. Y arriba, los tres tenores: Salah-Firmino-Mané. 90 goles en total. La posibilidad de que el Liverpool campeone pasará casi exclusivamente por sus eléctricos y privilegiados pies. Emre Can (que en verano se irá a la Juve), Lallana y Solanke o Ings podrían ser los recambios desde el banquillo. La inexperiencia en estas citas será uno de los hándicaps a evitar por el conjunto de Klopp.
|
El partido más importante de las carreras de estos tres jugadores. (foto: Getty Images) |
Sobre el papel, veremos una final divertida, especialmente para el espectador neutral. El año pasado en Cardiff, el Real Madrid se enfrentó a la mejor defensa y les metió cuatro. En las dos finales previas también chocó contra un conjunto especializado en la defensa y también acabó alzando los brazos. En esta ocasión, en Kiev, se verá las caras con el mejor ataque. "Sabemos cuánta calidad tienen, pero nunca se han enfrentado a un equipo como el Liverpool". Palabras de Virgil Van Dijk, consciente de sus posibilidades.
Y es por algo. El Liverpool es un equipo distinto y dirigido por un entrenador peculiar. Klopp, un confeso enamorado del contragolpe, el descontrol y de buscar las espaldas rivales. Ya hemos dicho en miles de ocasiones que prefiere no tener la pelota y machacar en transiciones. Que
los tres tenores se mueven a su antojo por el frente atacante. Pero el alemán sabe que se necesita más que eso contra un equipo que "no tiene debilidades" y que "no es tan fácil como decir: Marcelo sube la banda y yo dejo a Salah ahí para que se mida con Ramos".
"Son fríos como el hielo". Otra de las frases que deja Klopp en su charla con Fowler, leyenda red. Mucho tiene que ver en ello Zidane. Pocos han causado tantas sensaciones en una afición y en un club como jugador y entrenador. Su volea ante el Leverkusen en la novena, su participación en la décima como segundo entrenador y como primero en la undécima y duodécima. Con él como jugador se asentaron los Galácticos y como míster se ha asentado el Madrid indestructible en Europa. Muchos dicen que ha llegado hasta ahí gracias a "la suerte". Una vez puede, dos lo dudo, tres es imposible. Y el hambre de sufrir y de ganar no se ha agotado. "Tenemos la misma ilusión y las mismas ganas de siempre. Somos el Madrid y este club siempre quiere más".
Dos clubes con mucha historia sobre sus hombros, dos planteamientos distintos, dos equipos diferentes, dos entrenadores con orígenes e ideas antagonistas, pero un mismo objetivo este sábado a partir de las 20:45 en el Olímpico de Kiev. Nos lo vamos a pasar bien.
Comentarios
Publicar un comentario