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Mané, Firmino y Robertson celebrando uno de los goles en Portugal (foto: UEFA) |
Mientras media Europa ponía sus ojos en el Santiago Bernabéu, en Do Dragão el Liverpool hizo y deshizo a su antojo al conjunto local, unos Dragões que no fueron capaces de evitar el golpetazo sobre la mesa que los de Klopp soltaron para reivindicarse en esta Champions.
Muy fiel al estilo del preparador alemán ex del Dortmund, el Liverpool logró repetir lo que hizo el Manchester City 24 horas antes y poner pie y medio en los cuartos de final. A base de contragolpes, velocidad y calidad, los reds dejaron el marcador en un abultado 0-5 que destrozó por completo las aspiraciones de un frágil Oporto, que se plantó en el terreno de juego sin su mejor goleador, Vincent Aboubakar, baja por lesión, y lo pagó en las claras ocasiones que tuvieron y no supieron aprovechar Otávio y Tiquinho Soares, y en el que José Sá no tuvo su mejor noche bajo los palos, al contrario que Loris Karius, que volvió a realizar una solvente actuación y ya suma cuatro porterías imbatidas en esta Champions.
Sadio Mané por partida triple, Mo Salah y Roberto Firmino fueron los tres realizadores de la noche en el equipo de Anfield. "Los tres tenores" del Pool, los dueños y señores del ataque, que además son los tres grandes protagonistas de la
canción viral de la Premier, creada por un aficionado del club, y que ya ha atravesado horizontes. Con ellos, la traumática marcha de Coutinho es más fácil de llevar y de olvidar. Aún así, como buen equipo de Klopp, la irregularidad va en su ADN. Capaces de lo mejor y de lo peor, o lo que viene siendo lo mismo, derrotar al invencible Manchester City por 4-3 y perder la semana siguiente contra el colista Swansea por 1-0. De hecho, el Liverpool acostumbra a perder los mismos puntos contra los equipos de la zona baja de la tabla que contra los de la parte noble (trece contra catorce esta temporada).
Una razón que da explicación a esto es su estilo de juego. Las contras y la velocidad que caracterizan a los reds se ven disminuidas y neutralizadas cuanto más tiene el balón el propio Liverpool. A más posesión y control del balón, defensas contrarias más cerradas, menos espacios para correr y un Pool que sufre más para generar oportunidades. Y por lo normal, equipos como West Brom o Stoke City prefieren cederle el balón para adaptarse a su estilo de juego defensivo, al contrario que otros como Manchester City... aunque también sepa cómo vencerlos.
Otra razón, su gran hándicap, la defensa y la portería. La incorporación invernal de Virgil Van Dijk ha hecho subir el nivel de la zaga y las carencias de hombres como Klavan o Matip, que dejan qué desear en ocasiones, se han reducido. Además, sus laterales se han asentado con buenas actuaciones. Robertson y Alexander-Arnold han caído de pie y Alberto Moreno ha recuperado el nivel. Casi han hecho olvidar a un inédito Nathaniel Clyne, aquejado de problemas de espalda y que aún no ha debutado este año. En la meta, Mignolet y Karius no son de lo mejor de Europa, y se nota. Algunas pifias o malas decisiones han hecho perder varios puntos.
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Ayer le tocó a Mané ser la gran estrella (foto: UEFA) |
La Champions League le da más opciones de desenvolver con mayor acierto su juego que la Premier, y con esta perdida, junto con las dos Copas, ¿por qué no soñar? Por lo normal, los equipos que compiten en Europa buscan el dominio a través del control del juego y del balón: Real Madrid, Barcelona, Sevilla, Manchester City, Bayern Múnich o incluso el Nápoles. Control ha sido propiamente la palabra que poco hemos visto en los choques del equipo de Klopp, los dos choques ante el conjunto hispalense o goleadas de aúpa ante Maribor (0-7) y Spartak Moscú (7-0) como ejemplos. En un "toma y daca" de golpeos, el Liverpool es uno de los equipos que mejor se mueve de Europa. A pesar de no contar con un nueve puro, los goles se le caen a los tres de arriba antes mencionados: Un Salah que nunca se había ni acercado a los 30 goles y 10 asistencias que suma ya estas alturas, los 21 goles y 12 asistencias de Firmino y las 12 dianas y 7 pases de gol de Mané son unas armas muy poderosas, con la ayuda de un centro del campo en el que no sobresale ningún nombre de nivel estelar, pero en el que Klopp, sin Coutinho, busca su propio equilibrio utilizando a Emre Can, Henderson, Milner, Wijnaldum, Oxlade y Lallana, capaces de frenar embestidas rivales y de generar ocasiones para el trío atacante y, por qué no, animarse con el disparo lejano tan característico.
Los reds son el equipo más goleador de la Champions (28 dianas) y sin duda uno de los que nadie se quiere encontrar por el camino hacia "la Orejona". La sexta Copa de Europa parece una utopía, pero con su terrible arsenal bien formado algún que otro susto a partir de los cuartos de final pueden darlo. ¿Y si...?
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