LAS CLAVES DEL MUNDIAL

En ese momento Panamá perdía 6-1. (foto: Getty Images)

El Mundial de Rusia 2018 ya es historia. Este evento, como gran generador de imágenes y recuerdos que es, nos ha dejado grandes sorpresas, momentos y encuentros que tendremos en la memoria, por lo menos hasta 2022. Obviamente, estos torneos también sirven para determinar qué fútbol domina hoy por hoy, y en el país ruso hemos sacado conclusiones claras.

LAS SORPRESAS

No podemos negar que ha sido uno de los Mundiales más sorprendentes de los últimos tiempos. Empezando ya por la fase de clasificación, Chile e Italia, campeona de América 2015 y 2016 y del Mundo en 2006 respectivamente, se perdían la mayor cita del fútbol. Pero no, los inesperados no se detuvieron ahí. Una primera jornada en la que solo Francia consiguió el triunfo de entre los grandes favoritos. El empate de Argentina con Islandia, el de Brasil con Suiza, la derrota de Alemania contra México... Al final, los germanos acabaron pagando su mal momento para caer eliminados en la fase de grupos por primera vez en su historia -después de perder contra Corea del Sur-, provocando la gran sorpresa del Mundial junto el fracaso de una inestable España ante los anfitriones rusos. Las dos últimas campeonas, noqueadas muy pronto.

Cómo no, también hubo sorpresas "agradables". ¿Quién iba a contar con que Suecia y Rusia alcanzaran unos cuartos de final de un Mundial? ¿Y con Inglaterra llegando por segunda vez en su historia a unas semifinales, después de 1966? ¿Y Croacia en la final?

La cara de Özil fue la de toda Alemania tras caer contra Corea del Sur. (foto: Reuters)


EL VAR

El sistema de videoarbitraje, que tanta polémica había generado esta temporada después de los problemas de tiempo que generó en las Ligas en la que se aplicó -Bundesliga y Serie A como más destacadas-, ha disipado la gran mayoría de las dudas en Rusia. En 20 ocasiones ha tenido que intervenir directamente en los 64 partidos que se han disputado, solo haciéndolo en dos desde las eliminatorias hasta la final. La aparición de la tecnología ha generado que este Mundial haya sido en el que más penaltis se han señalado, con 28 -10 señalados mediante intervención del VAR-. Aunque aún siguen existiendo dudas de en donde debe o debería actuar el sistema -la final ha dejado polémica sobre ello-, está claro que el videoarbitraje es un paso adelante en el fútbol... aunque Nordin Amrabat no opine lo mismo.

El gesto que hace Maguire se ha popularizado totalmente. (foto: Getty Images)


LA IMPORTANCIA DEL BALÓN PARADO

Los cabezazos imperiales de Yerry Mina, la estrategia del trenecito inglesa finalizada por Harry Maguire, los goles fundamentales de Samuel Umtiti y Raphael Varane... Sin duda, la pelota parada ha sido uno de los aspectos diferenciales en este Mundial. De octavos a la final, en solo cuatro partidos no se anotó un gol a pelota parada. Basta con consultar que 73 de los 169 goles (43,19%) que se han marcado en el torneo han llegado de esta forma para darnos cuenta de la vital importancia de este aspecto. De hecho, ha sido la Copa del Mundo en la que más dianas se han convertido a balón parado, quitándole el honor curiosamente a Francia 1998, donde los galos también se llevaron la corona, teniendo que ver también en que solo hayamos visto un empate sin goles de 64 encuentros. Y para añadirle más curiosidades, veníamos de Brasil 2014, la edición de un Mundial donde menos goles se marcaron a pelota detenida (38 de 171) en relación al total. Balón parado, medio gol.

Mina sostuvo a una triste Colombia con sus tres goles de cabeza. (foto: EFE)


LOS CONTRAGOLPES, A LA ORDEN DEL DÍA

Junto al balón parado, los contraataques han sido los grandes generadores de goles de este Mundial. La campeona Francia -por ejemplo contra Argentina- la ha usado mucho, México también, con el choque ante Alemania como seña de identidad, pero si hay una selección que ha sido la representación de esta forma de atacar, esa es Bélgica. El gol de la remontada in extremis contra Japón, la exhibición ante Brasil y el segundo gol anotado a Inglaterra llevan la firma de un ataque relámpago, un visto y no visto. Y eso que esta jugada no entró.

El de Chadli contra Japón, uno de los tantos del torneo. (foto: FIFA)


¿LA CAÍDA DEL TIKI-TAKA?

Por la contra, hemos visto a las selecciones que preferían la posesión de la pelota sucumbiendo frente a conjuntos que presentaban un juego más vertical. España, Alemania, Marruecos o incluso Argentina, representantes de este estilo, han visto sus planteamientos de buen trato de balón dominados, por un aspecto u otro, en todos sus enfrentamientos. Ninguna de ellas superó los octavos de final. Algo está cambiando. España ya ha movido ficha, y con la llegada de Luis Enrique al banquillo mantendrá parte de su esencia pero sacrificando cierta horizontalidad, esa que provocó el suicidio de La Roja europea en su choque con Rusia.

Más de 1100 pases, todos planos. (foto: Getty Images)


EUROPA SIGUE DOMINANDO

Una selección europea ha conseguido por cuarta edición consecutiva alzar la Copa Mundial al cielo, y lo más curioso es que ninguna ha repetido. Italia en 2006, España en 2010, Alemania en 2014 y ahora Francia en 2018. Además, los cuatro semifinalistas -Francia, Bélgica, Inglaterra y Bélgica- procedieron del viejo continente, algo que no sucedía desde hace doce años, y solo dos de los cuartofinalistas no eran europeos. Una sorpresa no haber visto por lo menos a Brasil llegar a la penúltima estación, sobre todo porque poseía lo que un cuadro europeo acostumbra a tener: rigor táctico y mucha calidad técnica. La selección belga les sorprendió para completar el cuarteto, al igual que la francesa a Uruguay.

Francia y Bélgica protagonizaron una de las semis europeas. (foto: AP)


PODERÍO AFRICANO (?)

La participación del continente africano en este Mundial ha sido curiosa. A pesar de que disfrutamos viendo la calidad con la pelota de Marruecos o la física y táctica depuradas de Senegal, ambas selecciones siguieron el camino de Egipto, Túnez y Nigeria. Por primera vez desde 1982, ningún conjunto de África alcanzó las rondas eliminatorias. Eso sí, la presencia del continente siguió muy presente en esas rondas.

La globalización -y sí, la conolización también- es un fenómeno que permite que una selección como Francia, totalmente Europea, acceda a un Mundial con 14 jugadores de 23 con raíces africanas, entre ellos el mejor jugador joven Kylian Mbappé, su cerrojo defensivo Umtiti, su incansable pivote Kanté... en definitiva, las piezas fundamentales del campeón del mundo tienen mucho que ver con África. Y no solo los galos, también Bélgica, con 8 de los 23 con pasado africano, entre ellos su goleador Romelu Lukaku. El poder de África sigue presente. Ojalá verlo representado directamente en 2022.

Senegal, uno de los cuadros más alegres del Mundial. (foto: FIFA)


NO ES MUNDIAL PARA VIEJOS

No, no lo ha sido. De las cuatro selecciones que alcanzaron las semifinales, ninguna se aproxima a los 30 años de media. De hecho, de entre las cuatro, la final la protagonizaron la que era más joven con la más experimentada (Francia 25,56 y Croacia 27,43). Inglaterra se plantó en el Mundial con tres futbolistas por encima de los 30 años, y solo uno de ellos ha sido titular. En sus filas ha estado el máximo goleador, un Harry Kane que cuenta 24 primaveras. Francia tiene entre sus estrellas a un chiquillo de 19 años, el mejor joven del Mundial, y la media de edad de su defensa habitual es de apenas 23,25 añitos. La sangre nueva se ha impuesto a la vieja. El descaro, por encima de la experiencia.

Mbappé representó la superioridad de la juventud en Rusia. (foto: Getty Images)


PORTEROS, SÍ Y NO

Los guardametas han sido protagonistas, para lo bueno y para lo malo. Manuel Neuer, nombrado mejor portero en Brasil 2014, vio como, en el partido en el que su Alemania quedaba eliminada, un surcoreano daba un espectáculo de paradas. Jo Hyeon-Woo fue el más sorprendente de una interesante lista de los mejores bajo palos. Jordan Pickford acabó con el "maleficio" de la portería inglesa, Subasic y Schmeichel nos dieron una lección de cómo detener penaltis, Sommer fue un seguro de vida en el arco suizo y Courtois, a pesar de no llevar a su Bélgica a la final, dejó grandes actuaciones que le valieron para suceder a Neuer.

Courtois, guante de oro. (foto: EFE)

La cruz (o cruces) la encabeza David De Gea. Catalogado como uno de los mejores del mundo, el portero español fue la punta de lanza del fracaso de los de Hierro, solo pudo completar una parada y dejó una cantada impropia de su nivel ante Portugal. Para cantadas también las de Willy Caballero contra Croacia, Muslera en el partido que enfrentó a Uruguay a Francia y el propio meta francés, Lloris, en la final, aunque acabó sonriendo. Sin llegar a cometer errores de tal tipo, un meta ha decepcionado después de su gran temporada. El brasileño Alisson Becker apenas pudo brillar y su mejor jugada fue esta... curioso. Aún así, se moverá casi seguro de la Roma este verano.

CIERRE ESPECIAL

Mohammadi y su simulacro de saque de banda, Batshuayi y su pelotazo al palo con triste final, Lloris y su hambre en medio de un partido, Alisson destrozando esa pelota enorme, los bailes de los senegaleses en los entrenamientos, los panameños celebrando como locos una derrota por 6-1, cada jugador francés tocando el bigote de Rami antes de los partidos en modo superstición, los croatas comiéndose al fotógrafo salvadoreño en la semifinal, Maradona y... bueno, las cosas de Maradona. Gracias por tanto y hasta siempre, Rusia 2018.

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