LOS GRANDES TAMBIÉN SUFREN

Messi tras el partido ante Islandia. (foto: AP)

Comenzó el Mundial. Tan solo tres palabras, pero que envuelven muchas emociones, tensiones y momentos. Estos factores están muy presentes en la primera jornada de la fase de grupos, en esos iniciales minutos de acción, donde las ganas de jugar como anfitrión, los nervios del estreno en una cita de tal importancia, las ansias por brillar ante el mundo o la responsabilidad de representar a tu país con una actuación para el recuerdo aún están latentes. Por eso, los primeros envites siempre nos dejan sorpresas, y Rusia 2018 no ha sido la excepción.


España, Portugal, Argentina, Alemania y Brasil. Las cinco no han conseguido ganar -hay que tener en cuenta que las dos primeras se enfrentaban entre ellas-. Sí lo hizo Francia, ante Australia, de manera poco brillante y gracias a la -histórica- intervención del VAR y la de la tecnología de la línea de gol. También podemos añadir a Uruguay, siempre rondando la terna de las favoritas. Los charrúas lograron los tres puntos de forma agónica ante Egipto, con un tanto del central Giménez con el tiempo prácticamente cumplido. ¿Qué les ha pasado al resto?

El primer gran partido, en cuanto a nombres y a sensaciones que dejó, fue el Portugal 3-3 España. Goles, errores, igualdad y reparto de puntos. De hecho, han sido las únicas favoritas que no han decepcionado. Portugal ejecutando su plan a la perfección, esperando a España replegada y aprovechando sus ocasiones a la contra y los errores individuales de los españoles. El penalti discutido de Nacho, las manos blandas de De Gea y la falta innecesaria de Piqué fueron tres regalos que un siempre voraz Cristiano Ronaldo no desaprovechó para sumar un hat trick que niveló los esfuerzos de España. Imprescindible para su equipo. En el otro lado, la selección del inesperado Fernando Hierro cuajó un gran partido, con la banda izquierda Jordi Alba-Isco-Silva como protagonistas de la orquesta del magnífico juego de toque, un Koke que se asienta como compañero de Busquets después de realizar una gran actuación y un Diego Costa que completó, sin duda, su mejor partido con La Roja europea. Participativo, goleador e incisivo, apareció cuando más lo necesitaba el equipo. Ahora el Grupo B lo lidera... Irán, que derrotó a Marruecos después de resistir el dominio inicial marroquí para ganar en el añadido con un gol en propia meta.

Cristiano puso el 3-3 final con un gol de falta en el 88'. (foto: AFP)

Sábado, minutos después de que Les Bleus derrotasen a Australia sufriendo de más y horas antes de que Perú no fuera capaz de fructificar su dominio ante Dinamarca, se vio a un hombre chiquitito pasear desesperado por un terreno de juego de Moscú. Argentina volvió a decepcionar. Islandia enamoró de nuevo. Messi se topó una vez tras otra con la defensa de los islandeses y con la pasividad e inoperancia de su medio del campo... y algunos más. El Kun Agüero adelantó a los argentinos con una gran maniobra, pero pronto empató Islandia después de que la blanda defensa de la albiceleste no logrará alejar un balón que Willy despejó de forma precaria. Con la entrada de Éver Banega llegó una mejor versión de Argentina y el penalti que pudo haber decantado la balanza. Pocos esperaban que Halldorsson se cruzara en el camino de Messi, que a partir de su enésimo fallo desde los once metros se empezó a ver más resignado en sus gestos. Desesperado. Solo. Muy solo. El doble pivote Mascherano-Biglia demostró que es más parte del pasado que del presente y Pavón inspiró más peligro en quince minutos que Di María en 75. Además, Willy Caballero no ofrece la misma seguridad que en sus buenos días en el Málaga. La afición, con sus críticas, pide cambios -necesarios- para los próximos partidos. La victoria de Croacia ante Nigeria (2-0) ha dejado el choque entre argentinos y croatas del jueves como una final para los primeros en ese Grupo D. Y para nada es la albiceleste favorita. El finalista de 2014, en aprietos.

La férrea Islandia hizo perder la cabeza a Argentina y a Messi. (foto: Reuters)

Domingo, el día de las grandes sorpresas. Tras la victoria de Serbia (0-1) ante Costa Rica, llegaba el turno del debut de la campeona. La siempre sólida como una máquina, regular como un reloj y eficiente como dice la propia tradición alemana, se mostró ayer más frágil que nunca. La chispa y velocidad de la México de Osorio mantuvo durante más de 45 minutos al combinado germano corriendo de arriba para abajo. El gol se veía venir en cuanto los de arriba tomaran la decisión correcta. Con sangre fría, el Chucky Lozano recortó ante Özil -sí, Özil- y batió a Neuer para culminar un gran contragolpe y provocar el delirio mexicano. El del PSV, Layún, Vela y Chicharito estuvieron de diez en cuanto a lo táctico. Especifico a lo táctico porque sí el del West Ham hubiera estado más acertado en la toma de decisiones, México no habría sufrido tanto para lograr esta histórica victoria. El plan de Osorio, que consistió, a grandes rasgos, en dejar a estos hombres un poco más descolgados en ataque y rematar a la lenta zaga alemana, y secar a Kroos con un marcaje individual de, primero Vela y luego el histórico Rafa Márquez -quinto Mundial que disputa-. El planteamiento de Löw, con unos laterales muy atacantes, no funcionó, y después no encontró la respuesta adecuada para que Alemania lograra encontrar la estabilidad que nunca tuvo y el gol que buscó sin orden, que hubiera minimizado los daños y la sorpresa. La Die Mannschaft también tendrá una final el próximo sábado ante Suecia, que derrotó por 1-0 a Corea del Sur y encabeza el Grupo F con México. Los suecos ya saben dar la sorpresa, que se lo digan a Italia, y no les molestaría repetirlo.

El Chuky provocó un terremoto en México. Literal. (foto: EFE)

Horas después y por último, pero no menos importante, se la pegó Brasil. La gran favorita para levantar el trofeo no pudo pasar del empate contra Suiza. La canarinha, que salió con un once más ofensivo de lo normal, con Renato Augusto en el banquillo, dejó unos primeros veinte minutos deliciosos, que tuvieron su guinda con el golazo de Philippe Coutinho, tiro marca de la casa. A partir de ahí, se relajó, sacó el pie del acelerador y Suiza siguió compitiendo, como había demostrado semanas antes en el Estadio de la Cerámica en el amistoso ante España. Sin reales estrellas contrastadas -Shaqiri el que más cerca se quedó-, los helvéticos siempre dan la cara. Y fruto de ello llegó el gol de Zuber, en posible falta, nada más salir de la caseta. Ni con más de media hora por delante fue Brasil capaz de batir a Sommer. Neymar demostró no estar al 100%, ni mucho menos, y se vio frenado moral y futbolísticamente por Valon Behrami. Partidazo el suyo. Coutinho, Gabriel Jesús, Firmino -que entró por el del ManCity- y el propio Neymar tuvieron ocasiones para llevarse el triunfo, pero la defensa suiza resistió para cosechar un punto que frena a los de Tite y da esperanzas a los de Petkovic. Serbia lidera el Grupo E, y es un rival con el que mejor no mamonear. Si no fallan, Brasil se jugará con ellos el primer puesto -o la clasificación- en la última jornada.

Con el pie izquierdo comienza la seleçao. (foto: Reuters)

Esto no ha hecho más que comenzar y ya se está viendo que nos espera un atractivo Mundial, por lo menos para las sorpresas. Cualquiera puede hacerle daño a cualquiera. Nadie puede relajarse, ni siquiera los más grandes. Cinco días nos han dejado ya alucinando, prepárense para los veintisiete que restan.

Comentarios