UN SEIS NACIONES A CARA DE PERRO

(foto: Press Association Images)

A ocho meses del Mundial de Japón el torneo por excelencia del hemisferio norte llega a su recta final. Con dos partidos por disputarse, Inglaterra, Gales y la en principio favorita Irlanda se jugarán después del Carnaval el último gran examen antes de la cita en el país nipón, el disputadísimo Seis Naciones 2019.

Buena prueba de lo apretada que se encuentra esta edición es el partido celebrado este pasado domingo en Roma, que enfrentó a Italia e Irlanda. La defensora del título y favorita para detener la hegemonía neozelandesa entre septiembre y noviembre sufrió para derrotar a los italianos, que llegaron a ir ganando al descanso para sorpresa de los espectadores presentes en el Estadio Olímpico de la capital italiana, acostumbrados a ver a su equipo agarrando con firmeza la cuchara de madera... que todo indica que repetirán por cuarto año consecutivo.

Le costó más de lo esperado a Irlanda frenar a Italia. (foto: EFE)

No está siendo el mejor Seis Naciones posible para una Irlanda que aterrizaba en el torneo con la vitola de favorita y la intención de aumentar una magnífica racha de victorias que había iniciado en marzo de 2017 y fue el germen del título en 2018. Aunque todavía con opciones, la derrota en la primera jornada ante Inglaterra les ha dejado en una situación comprometida, en la que quizá el "XV del Trébol" acabe entregando el título a otras manos.

Una de esas pueden ser las de Gales, que llegaba al Seis Naciones embalada, con nueve triunfos consecutivos -ante rivales como Sudáfrica y Australia-, ha agarrado el liderato este fin de semana en un apasionante partido en un Principality Stadium de Cardiff en el que, como Irlanda en Italia, tuvo que darle la vuelta al marcador para llevarse el gato al agua y derrotar a Inglaterra, que precisamente era la punta de lanza de la clasificación hasta esta jornada. De esta forma, el "XV del Dragón" se queda como la única selección con la condición de invicta y por lo tanto aspirante al Grand Slam, y lo que es más importante, se posiciona como la mejor colocada para levantar el trofeo del Seis Naciones en tres semanas.

Son ya seis años sin Seis Naciones en Gales. (foto: INPHO//Tommy Dickson)

Y así, todo indica que serán ingleses y galeses los que se disputen la victoria final, con los irlandeses y los escoceses haciendo de jueces, tomando vital trascendencia los partidos de la última jornada, en los que unos visitarán Cardiff y otros Londres. Antes, si Gales es capaz de derrotar a Escocia en la quinta fecha, un triunfo en la sexta y definitiva, en la que reciben a Irlanda, les concedería con casi total seguridad el título, mientras que uno visitante se lo entregaría en bandeja a Inglaterra, que no debería pinchar primero ante Italia ni después contra, precisamente, Escocia, en ese duelo que tiene un significado especial por la historia que los dos países llevan escribiendo juntos desde 1897.

Gales se encuentra ante una oportunidad de oro para volver a conquistar un trofeo que no toca desde el doblete que se llevó entre 2012 y 2013, siendo el primer año especial por lograr el Grand Slam y el segundo por la forma en la que consiguieron el triunfo, vapuleando en el momento decisivo a la selección que más Seis Naciones ha ganado -con 28, Gales es la segunda con 26- y su rival de nuevo en esta ocasión, Inglaterra, que en la pasada edición perdió el trono que había ocupado en 2016, este con Gran Slam incluido, y 2017, logrado con autoridad una jornada antes del final.

Los dos gigantes del rugby europeo y de la historia del Seis Naciones echarán en este mes de marzo un pulso, con la intervención de la considerada mejor selección del momento, que puede ser un factor muy relevante en lo anímico en la calibración de cara al Mundial, en el que quieren volver a estar a la talla de los Sudáfrica, Australia y sobre todo Nueva Zelanda, entre otros.


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