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(foto: Manel Montilla//Mundo Deportivo) |
Los dos equipos más en forma del continente -con permiso del Manchester City- se verán las caras en una de las semifinales de la Champions League. Fútbol Club Barcelona y Liverpool son dos de los nombres propios de la temporada, y protagonizarán un cruce apasionante a la vez que decisivo para sus respectivos proyectos, que comenzará hoy y tendrá su desenlace el próximo martes.
Por distintos motivos, a parte del evidente, los culés tienen señalada en rojo esta competición. En Barcelona no olvidan las palabras de su buque insignia, Leo Messi, en el Joan Gamper: "Vamos a darlo todo para que la Champions vuelva al Camp Nou". Una frase cuyo eco resuena sin cesar. Hace cuatro años que la máxima competición europea no viaja a la Ciudad Condal, un hondo hueco para el club culé teniendo en cuenta los todavía recientes tripletes y, sobre todo, que de las últimas cinco, cuatro han ido a manos del enemigo acérrimo, el Real Madrid.
Durante estos cursos, y más con la llegada de Ernesto Valverde, el Barça ha llevado a cabo una mutación, de un equipo menos preciosista a uno más resultadista, o sólido, según se quiera ver. La aparición definitiva de perfiles como el que representó en su día Paulinho o ahora Arturo Vidal es un ejemplo de ello. Aunque, evidentemente, sin despreciar totalmente el estilo blaugrana, que hoy, tras la marcha de Iniesta, representa el carioca Arthur -por lo menos hasta el minuto 65-.
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Bendecido por Messi y toda una afición. (foto: AFP) |
A pesar de las numerosas críticas desde gran parte de la afición, las tácticas que ha introducido el "Txingurri" pueden verse, desde la perspectiva de títulos, bastante acertadas. Las competiciones nacionales son prácticamente coto cerrado -en dos años, dos Ligas, una Copa y en la final de la de esta temporada-, pero en Europa aparece en la conversación la triste noche de Roma. Aquella de la que seguro se acordaba el 10 cuando dijo esas palabras. Por eso, esta eliminatoria resultará decisiva en el proyecto del cacereño y en los ánimos de una afición que pide a gritos volver a reinar en Europa.
Como el Barça, los reds también tienen entre ceja y ceja especialmente esta competición. En Anfield no olvidan lo cerca que estuvieron el curso pasado de levantar su sexta "orejona" después de completar un torneo casi inmaculado, sorprendiendo a propios y extraños, en el que se volvieron a ganar el respeto perdido. Qué hubiera pasado sin la lesión de Salah y la decepcionante actuación de Karius...
De deambular sin pena ni gloria, con
alineaciones como esta, a volver a una final de Copa de Europa. Buena parte de culpa la tiene Jürgen Klopp. El alemán devolvió la autoestima a los liverbirds con su peculiar sonrisa y actitud, además de con el "rock&roll" con el que se describe a menudo su vibrante y atrayente estilo de juego.
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Mo Salah y "Big Virgil" son los dos principales pilares del 'Pool. (foto: Reuters) |
Este curso el ex entrenador del Dortmund se ha permitido bajarle revoluciones a su conjunto, pero ni mucho menos peligrosidad. Firmino, Mané y Salah -16, 24 y 25 goles, respectivamente- forman el trío de atacantes más voraz de Europa. Por eso, la afición empieza a pedirle ya el siguiente paso a su equipo: títulos. Desde 2012 no gana nada -una Copa de la Liga, última conquista- el equipo de los Beatles, y con la sequía de la Premier a punto de ampliarse un año más -a pesar de llegar a contra con una gran ventaja en enero- y eliminados de las dos Copas, gran parte de sus esperanzas -aún tienen un ojo puesto en un posible pinchazo del Manchester City- se depositan en la Copa de Europa.
Hace un año y medio, el Barça sería el gran favorito, pero de ese tiempo para aquí las cosas han cambiado sustancialmente, sobre todo en el equipo inglés, que hoy sigue siendo igual de punzante arriba pero es sumamente más sólido atrás. Dos viejos conocidos para los culés, Alisson Becker bajo palos -uno de los verdugos con la Roma- y Virgil Van Dijk -completó una exhibición defensiva hace años con el Celtic en el Camp Nou- en el eje central de la zaga, le han cambiado la cara a lo que antes de su llegada era un auténtico coladero y su mayor punto débil. Con el brasileño y el holandés, han al menos igualado las prestaciones que le ofrecen al Barça el segurísimo Ter Stegen y un Piqué en uno de los mejores momentos de su carrera.
Con las defensas en tan buen estado de forma, otros lugares del campo parecen los sentenciados a decantar la balanza. En estos dos equipos, los laterales toman especial protagonismo, casi dos jugadores más de ataque en ambas escuadras y armas muy recurrentes. Si todo va sobre el guión que suele utilizar Valverde en estas citas, en la derecha el elegido, al menos en la ida, será Sergi Roberto en detrimento de Semedo, en una clara apuesta por un mayor control del juego, misma razón para la presencia de Arthur acompañando a Rakitic y Busquets. En los reds no hay dudas, Alexander-Arnold y Robertson, dos pulmones incansables por los costados, omnipresentes en ambas áreas. Dos jugadores tan vitales como lo es Fabinho desde enero, que seguramente estará acompañado en la medular por el capitán Henderson y Wijnaldum, el centro del campo que siempre ha gozado de mayor confianza de Klopp -serán sus primeros enfrentamientos oficiales ante el Barça- a pesar de las buenas actuaciones de Naby Keïta y con Oxlade-Chamberlain volviendo de la gravísima lesión que sufrió hace un año.
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Una fotografía plagada de leyendas. Solo Lucas Leiva sigue en activo. (foto: Sky Sports) |
Y tan importante como la presencia de estos jugadores puede ser la más que posible baja de Firmino, que será duda hasta última hora. Sin él, la defensa del Barça podría quitarse un peligro enorme, un jugador que constantemente se mueve entre líneas ofreciendo soluciones a sus compañeros y que también aparece para la finalización. Sturridge u Origi podrían sustituir al brasileño, dos piezas de menor calidad y menos peligrosas para un Barça que sí dispondrá de, además del ex red Coutinho, su trío atacante de gala. Dembélé, otro ex Liverpool como Luis Suárez y, sobre todo, Messi dispuestos a dar un mordisco a la eliminatoria desde el primer minuto en un Camp Nou que nadie mancilla en Europa desde 2013.
Aquí entra en juego el factor cancha, que a veces puede sonar a quimera pero, sobre todo en este caso, no lo es. Tanto el Camp Nou como Anfield Road, templos o no -las declaraciones atribuidas en primer lugar a Klopp eran fake- serán aspectos claves para el devenir de los partidos. Pocos equipos se sienten tan seguros en su hogar como Barça y Liverpool aunque, curiosamente, en su último doble enfrentamiento oficial -su último choque fue un amistoso en 2016- ambos cayeron en casa. En el lejano 2007, previo a la "era Pep" o a la crisis de los ingleses, aún con los Arbeloa, Mascherano, Hyypia o Xabi Alonso en las filas reds y un Barça que todavía alineaba a Javier Saviola, en la primera eliminatoria que perdía un imberbe Messi de 20 añitos. Ni Barça ni Liverpool son los mismos, y esta eliminatoria está destinada a propinarles un nuevo giro.
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