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Hamraoui celebra un tanto que puede ser histórico. (foto: UEFA) |
La disciplina del Fútbol Club Barcelona entra en un período de la temporada más que especial. Su condición de poderoso club con varias secciones repartidas por distintos deportes provoca que cuando se aproxima el final de curso se encuentre con muchos de esos equipos luchando por importantes conquistas, y en esta 2018-2019 uno en concreto está superando las expectativas con creces.
Es habitual ver a los Leo Messi, Sergio Lozano, Sergi Panadero o Víctor Tomás en la escena de los títulos continentales, pero no lo era, al menos hasta hace dos cursos, la presencia de las Sandra Paños, Lieke Martens o Toni Duggan batallando entre las mejores del mundo. En la 16-17 el PSG no dio opción a las culés en la ronda de semifinales, y en la 17-18 fue el conjunto dominador de este torneo, el Olympique Lyon, quien fulminó su sueño en cuartos de final.
Sin embargo, en esta ocasión todo pinta distinto. El Barça de fútbol femenino está a noventa minutos de su primera final continental y, lo que es mejor, tiene el resultado a su favor antes del envite de vuelta de semifinales, después de que la francesa Kheira Hamraoui, mediocentro del equipo azulgrana, apareciese en el área para cruzar un disparo y batiera a Laura Benkarth, guardameta del Bayern de Múnich, en el que fue el único tanto del partido.
Una final que sería como lograr un sueño, que comenzó cuando el conjunto culé hizo acto de aparición por primera vez en la Champions femenina, allá por la temporada 2012-2013, y dar un paso más en el avance del fútbol femenino español, ya que se convertirían en el primer equipo nacional en llegar a la última estación del viaje más prestigioso del mundo del fútbol.
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Alegría desbordada entre las jugadoras, consciente de la importancia del gol fuera de casa. (foto: UEFA) |
El viaje hasta aquí ha tenido sus complicaciones en el seno del Barça. A principios de año, el técnico Fran Sánchez fue cesado y reemplazado por Lluís Cortés, avalado por su experiencia en la selección catalana femenina y en el cuerpo técnico del equipo blaugrana. Quince victorias en su haber desde su llegada, pero también dos derrotas, una que le ha costado la Copa de la Reina y otra que va camino de separarle de la Liga Iberdrola. Por eso, y aunque todavía hay opciones en la competición doméstica, la mayor parte de las ilusiones se trasladan a la Champions.
Todavía resta esa hora y media para marcar un antes y un después, y delante un club de una entidad similar al azulgrana, en una situación que se asemeja bastante y también muy peligroso, aunque las culés tendrán una ventaja: como dice Borja Rodríguez en numerosas ocasiones en su
cuenta de Twitter @FutFemdelMundo y como pudimos ver el pasado domingo, el conjunto alemán prefiere explotar los contragolpes y los espacios, pero con el marcador en contra se verán obligadas a tener más esférico. La velocidad y la intensidad son sus armas principales, junto al balón parado. En los instantes finales del partido disputado en el FC Bayern Campus ya demostraron esta condición con un disparo de falta que se estrelló en el larguero y que pudo haber cambiado el rumbo de la eliminatoria.
Aunque lo hecho en Baviera ya quedará en los anales del fútbol femenino español y sin importar con qué leonas se pudieran cruzar en la gran final, este próximo domingo un Mini Estadi que ya ha colgado el cartel de "no quedan entradas" será testigo de otra gran cita en la historia del fútbol femenino -por fortuna cada vez son más-, que de terminar con final feliz para las barcelonistas, supondrá su más importante página en Europa y una muy especial en la del Barça. Pase lo que pase, estas jugadoras se han asegurado que su nombre quede escrito con letras de oro para los restos.
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