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Cristiano, rey de la competición los últimos años. (foto: Reuters) |
La Champions League es la mejor competición del mundo por cosas como las que hemos visto en los octavos de final de esta edición. Remontadas impensables, caídas inverosímiles, momentos para el recuerdo, el resurgir de un país... Postales que definen la importancia de un torneo que, ya en la plenitud de su fase decisiva, definirá cuál de los grandes favoritos aún en pie podrán volver a hacerse con "la orejona"... si es que alguno de ellos lo logra.
El último sorteo ha sido caprichoso y ha decidido que ninguno de los cuatro equipos llamados a ser los máximos contendientes se vean las caras en la antepenúltima ronda. Juventus, Manchester City, FC Barcelona y Liverpool transitarán por caminos distintos al menos hasta las semifinales donde, a menos que sus rivales sumen más campanadas a esta edición, los enfrentamientos serán inevitables.
La primera bola en salir fue la del equipo revelación de esta Champions League. Tadic, Frenkie de Jong, Neres, De Ligt y compañía se enfrentarán a un desafío de igual dificultad, o mayor incluso, que el que ya superaron con éxito en un Santiago Bernabéu que hicieron suyo de una forma que nadie había hecho antes en la Liga de Campeones. El Ajax provocó la caída de la tiranía del rey, tres años después, y la apertura de un nuevo horizonte. Y en ese horizonte novedoso es donde quiere, al fin, volver a reinar una Juventus que cada año que pasa olvida un poco más su último éxito europeo. Los turineses protagonizaron otro de los grandes momentos de los octavos, con la pizarra de Allegri sometiendo a los anfitriones de la final, el Atleti, en el J Stadium para remontar el 0-2 de la ida. "Me contrataron para esto", dijo Cristiano Ronaldo luego de anotar los tres goles que tumbaron a los colchoneros y encendieron a los bianconeros.
La juventud y hambre del Ajax, que tiene a media Europa con los ojos puestos en numerosas de sus piezas -cuando no están fichados ya-, contra la experiencia contrastada de una Juventus que se sabe y se cree de verdad entre los tres -o dos- máximos favoritos a llevarse el título, y por ende en esta eliminatoria en la que dos sistemas opuestos y dos plantillas muy distintas se jugarán un puesto entre los cuatro mejores de Europa. El duelo De Ligt-Cristiano, que ya vimos en un Holanda-Portugal en el que el zaguero secó al atacante, será uno de los que marcan eliminatorias e incluso carreras.
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Un marcador para la historia. (foto: AFP) |
El segundo cruce nos deparó un enfrentamiento que ya vimos el año pasado en la primera ronda del KO del torneo. En la 2017-2018 no hubo historia, con el Liverpool arrasando al Porto en su camino a la final, y este curso sería una sorpresa que el guión no se repitiese, pero sorpresas es justo lo que hemos visto hasta ahora... Lo cierto es que los reds asestaron un golpe en la mesa en el Allianz Arena, demostrando haber dado ese paso adelante y ser superiores a un histórico del continente como el Bayern Múnich -otro que ha hincado la rodilla esta temporada- y prosiguiendo su idilio con la Copa de Europa, competición que los de Anfield han ganado cinco veces. En Porto no olvidan la humillación del año pasado y se lo tomarán como un incentivo para intentar la campanada, después de ya haber acabado con un semifinalista de la última edición. Con polémica, eso sí, los portugueses fulminaron a la Roma en la prórroga con un tanto de penalti de Álex Telles para retornar a unos cuartos de final cuatro años más tarde.
Con el poderío en los balones parados que poseen ambos equipos -Van Dijk y Militão son dos aviones-, el semifinalista se decidirá en gran parte por los aires, aunque los portistas no pueden despreciar un aspecto que los mató hace un año, que son los contragolpes de los ingleses. Los tres tenores del ataque del equipo de Mersey, junto a los laterales, se pasearon en Do Dragão con sus letales jugadas rápidas. Aunque la mejorada defensa red también deberá estar alerta con el ataque luso, que con un Marega entre los máximos goleadores del torneo y en estado de gracia asusta más que nunca.
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En apenas un año, el impacto de Van Dijk en el equipo de Klopp es mayúsculo. (foto: EFE) |
Por el otro lado del cuadro, duelo inglés. Con cuatro equipos de las islas británicas en el bombo, era inevitable que dos de ellos no se vieran las caras, y el destino ha querido que los que se enfrenten sea el más y el menos favorito de los cuatro. El Manchester City, aunque sufrió para ganar en el Veltins Arena, prácticamente se paseó en el partido de vuelta de los octavos de final ante un Schalke 04 que ahora podrá centrar sus fuerzas en no descender en Bundesliga. Sterling, Agüero y Sané abusaron de los mineros para demostrar que su puntería sigue afinándose para unas grandes citas en las que esperan volver a contar con Kevin De Bruyne. El belga ha sufrido otra lesión que pone en peligro su presencia en los duelos de cuartos, así como el lateral zurdo Mendy. Contratiempos físicos para Guardiola que para sus rivales, los spurs, no han sido ajenos a lo largo de todo el curso, además en sus más valiosas piezas. Ya con Kane y Alli recuperados, los de Pochettino derrotaron al Dortmund de una manera más cómoda de la que se esperaba tanto en Alemania como en Wembley, y afrontan con mucha ilusión el tramo final de campaña. Además, está previsto que para los cuartos ya puedan jugar en su nuevo estadio, el que procurarán estrenar con un gran resultado. Con la Premier League prácticamente imposible, el Tottenham centra más que nunca -lo podemos asegurar- sus esfuerzos en Europa.
Todo está de cara para los citizens. Los últimos precedentes entre ambos equipos les sonríen, y el panorama que se ha quedado en el torneo es más favorable que nunca para sus intereses. Una ocasión de oro para los mancunianos que los londinenses intentarán arruinarle a través del olfato del que, para muchos, es el mejor delantero del mundo como Harry Kane. El inglés tendrá un gran duelo ante una diezmada defensa sky blue y de pistoleros con el Kun Agüero, que bien podría aprovechar lo verde que sigue estando Davinson Sánchez. La presencia o no de Fernandinho, al igual que la de De Bruyne, jugarán un papel muy importante en ambos planteamientos.
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Hasta Foden se dio el gustazo de marcarle al S04. Mientras, Brahim... (foto: Getty Images) |
Y por último, el duelo más clásico de los cuatro. Ocho Copas de Europa y choques para el recuerdo entre ambos, incluyendo dos enfrentamientos en finales, acumulan entre Manchester United y FC Barcelona, pero la realidad de ambos clubes es bien distinta a día de hoy. Cuando en el bombo de octavos se decidió que el rival de los red devils sería el PSG todos los daban por eliminados, y más cuando los parisinos sacaron en Old Trafford una renta de 0-2. Solo un milagro podría dar el pase a la siguiente ronda en el Parque de los Príncipes a un ManUtd con dos goles en contra y diez bajas. Pero si alguna Champions es la de los milagros, es esta. Solskjaer ha girado el rumbo de este equipo en 180º y ha levantado la moral a una afición que con Mourinho la había perdido. Por eso, hoy un Manchester United en horas bajas confía en poder eliminar al, junto al Real Madrid, mejor equipo del siglo XXI en Champions y quizás gran favorito para suceder a los blancos en el trono. Con la Liga encarada y en final de Copa, los culés exigen que este sea el año de volver a reinar en Europa. Messi anunció sus pretensiones en pretemporada y las demostró rematando en octavos a un Lyon que en la segunda mitad del choque de vuelta llegó a creerse capaz de echar a un Barça de Ernesto Valverde con menos juego y regularidad de otros cursos pero más mordiente.
Obviando que en las canchas del Camp Nou y Old Trafford estarán jugadores de ataque de la talla de Luis Suárez, Coutinho -veremos si Dembélé, que se ha vuelto a lesionar-, Martial, Rashford, Lukaku y cómo no, el mejor, Leo Messi, dos factores serán claves en este cruce. El primero, el duelo Arthur vs Pogba. El carioca es sinónimo de equilibrio, orden y posesión del cuero en los azulgranas, mientras que el campeón del mundo en Rusia es uno de los revividos con la llegada del técnico noruego y es la pieza importante que exigía desde su llegada. Y el segundo factor será la defensa. Con la pareja Piqué-Lenglet en el que quizá sea su mejor momento del curso, la zaga de los red devils, uno de sus puntos débiles, deberá estar a la altura para mantener con opciones a los suyos. Empresa difícil con rivales como los antes mencionados.
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Este Manchester United frustró las esperanzas del PSG, que otro año más decepcionó en Europa. (foto: AP) |
Las mariposas en el estómago que provocan un sorteo de Champions y los partidos que salen de él. No las volveremos a sentir hasta el 9 y el 10 de abril, cuando los jugadores vuelvan a saltar a los campos para disputar los choques de ida, los que empezarán a marcar el camino al Wanda Metropolitano y la identidad de los cuatro mejores equipos de Europa.
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