MADURAR COMO LOS BUENOS VINOS

(foto: FS Valdepeñas)

La historia del Fútbol Sala Valdepeñas está inevitablemente enlazada con el vino. Desde su espacio de creación y actividad hasta su nombre original, pasando por los patrocinadores que ha tenido a lo largo de su historia, la relación entre el club valdepeñero y la cultura vinícola es obvia. Como no podía ser de otra forma y de la misma manera que un buen vino, la etapa del Valdepeñas en Primera División está necesitando su tiempo para encontrar su sabor.

Fruto de una temporada 2017-2018 excepcional en Segunda División, aunque el título se escapó en la recta final, en la pelea contra los filiales, el FS Valdepeñas firmó con brillantez el primer ascenso de su historia a la categoría de oro del fútbol sala español, quitándose el mal sabor de boca de varios cursos quedándose al borde de la gloria.

Un camino que en el equipo azulón tenían ganas de emprender, como se demostró en el pasado mercado de fichajes de verano. Con la llegada de Viña Albali, una de las empresas vinícolas más reconocidas a nivel internacional, el club se permitió añadir nombres de cierto prestigio al esqueleto de la plantilla, que formaban los Dani Santos, Mendiola o Manu García. Refuerzos contrastados en Primera como Terry y Thiago Cabeça y experimentados en las mayores citas como "la roca" José Ruiz fueron los nombres más destacados que aterrizaron en Valdepeñas. La ilusión creció en torno al club y a sus opciones.

Aunque no se puede negar que nos han dejado highlights para ver una y otra vez, desgraciadamente en esta ocasión, de eso no se vive.  No todo ha ido como querían en la localidad ciudadrealeña. Hasta los mejores vinos no saben bien al principio de su crianza. Ni el equipo ha funcionado de manera adecuada, ni la vuelta en noviembre al Pabellón del Virgen de la Cabeza, que fue sometido a un proceso de reforma en las primeras semanas ligueras, ha espoleado al conjunto valdepeñero.

Recientemente superada la mitad de la competición, el FS Valdepeñas se encuentra en una posición bastante más dramática de la que se suponía al comienzo de curso. A pesar del cambio de entrenador -llegó David Ramos por Leo Herrera después de la estrepitosa caída ante el Talavera en la Copa Castilla La Mancha-, los azulones no han mejorado en demasía su situación. Son 15º, o lo que es lo mismo, penúltimos en la tabla clasificatoria, con tan solo una victoria en su haber -conseguida ante UMA Antequera, último-, y las buenas sensaciones siguen sin aparecer, al menos de una forma progresiva y que permita ser positivos. Para intentar paliar eso, han llegado fichajes invernales como Chino, MVP de la pasada Copa de España -que ya ha tenido tiempo para dejar su impronta-, José Mario, una de las promesas de la cantera de ElPozo, o Lluc. No serán los únicos.

La llegada de Chino a Valdepeñas ha sido una de las sorpresas del mercado invernal. (foto: FS Valdepeñas)

Una situación poco confortable para el club y que está sufriendo, sobre todo, una afición incansable, pieza fundamental en el ascenso y que sí ha estado y está a la altura de la situación. Una de las señas de identidad del FS Valdepeñas es su gente, la que puebla cada dos fines de semana las gradas del Virgen de la Cabeza y convierte históricamente al Pabellón en el que mejor ambiente presenta, al igual que uno de los más ruidosos y difíciles de superar para los equipos rivales de la Liga. No por casualidad han copado el premio de mejor afición de la temporada en los últimos tiempos y han visto recompensados sus esfuerzos con la visita de la selección nacional el pasado noviembre.

Por suerte para los aficionados, para el equipo y para el club, el calendario señala que aún restan once partidos -once finales-, la era David Ramos aún no ha hecho más que comenzar y que la salvación, marcada por el Naturpellet Segovia (11 puntos), está a apenas dos puntitos. Los segovianos, al igual que O Parrulo Ferrol (14 puntos), el mismo Valdepeñas (9 puntos) y el UMA Antequera (7 puntos), parecen destinados a ser los conjuntos que se disputen evitar los dos puestos que provocan la pérdida de categoría. Y en el rush final que caracteriza a la lucha por la salvación en la LNFS, los valdepeñeros tienen las, a priori, mejores piezas individuales.

"Hay que dar un paso al frente y mirar siempre a la cara al rival", decía David Ramos en la previa de la última jornada. Si en Valdepeñas quieren hacer creer en la permanencia, el ejemplo de lo demostrado el pasado fin de semana en el parqué debe ser la primera piedra para comenzar a construir. Saber sufrir y pelear hasta el último segundo, incluso ante uno de los punteros como es ElPozo Murcia. Un primer paso para confiar en que la evolución de la maduración y la crianza lleve al Fútbol Sala Valdepeñas a seguir presente entre los mejores paladares del fútbol sala al menos un año más.


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