NOS SIGUE TARDANDO FEBRERO: SORTEO DE OCTAVOS DE LA CHAMPIONS LEAGUE

(foto: Atleti)

Después de analizar el pasado lunes los cuatro primeros emparejamientos de los octavos de final de la Champions League, le toca el turno al resto. Hablaremos de varios favoritos a levantar el trofeo, el que lo ha hecho los últimos tres años, el último finalista... y más.

PD: no quiero empezar este texto sin antes acordarme de los dirigentes del Manchester United, capaces de destrozar parte de nuestro análisis horas después de publicarlo.


OLYMPIQUE DE LYON-FC BARCELONA: CUESTIÓN DE ENCAJAR

Los dos hombres llamados a acabar con el Lyon. (foto: Agencias)

El sorteo se portó bien con el Fútbol Club Barcelona. Eso decía la prensa, la gente y hasta el mismo club hace unos meses, cuando a la bola del equipo culé le siguió la de la Roma. Mucho se ha hablado de ese cruce y todos sabemos ya en que desembocó. 

Por eso, en la Ciudad Condal no se infravalora al Olympique de Lyon, y menos a uno que no ha perdido contra el Manchester City en sus dos enfrentamientos. Una victoria en Manchester y un empate en Francia, que sin embargo no valieron para asegurar su pase a octavos con tranquilidad, sino que fue un empate agónico en Donetsk en la última jornada lo que confirmó su presencia en las rondas del KO. Un ejemplo de la irregularidad que define al conjunto de Bruno Genesio -también llamado "Pep Genesio", por su admiración al técnico citizen-. El talento y vertiginosidad de los Fékir, Depay, Moussa Dembélé, Ndombélé, Aouar o Bertrand Traoré no siempre se sobrepone a la fragilidad de su defensa de tres, su gran hándicap. De la velocidad con y sin balón de los antes mencionados -Fékir se pierde la ida- dependerán buena parte de las reducidas opciones de los lyonnais.

Porque, en principio, poco tienen que hacer ante otro de los aspirantes al título. El último campeón de la Champions no llamado Real Madrid, el Barça, parece haber encajado todas las piezas de su puzzle, y ahora hasta se permite el lujo de dejar algunas de reserva bastante valiosas, con diferencia al curso pasado. En el "año I sin Iniesta", con Arthur en el medio campo se ordena el equipo, y sin él Valverde busca y encuentra en Vidal el músculo que cree necesario. Con un Dembélé mimado y enchufado por banda se produce el desequilibrio, "la picadura del mosquito", y cuando no está él, el "Txingurri" tiene esperando a alguien como Coutinho, tan fino como letal en cada uno de sus toques de balón, o a Malcom. Con un Luis Suárez enchufado, el Barça ataca mejor y golea más. Hasta la defensa, después de un inicio titubeante, parece haber recuperado la forma, todavía sin Umtiti. Y para completar todo, él. Messi tiene más ganas que nunca de devolver la orejona al Camp Nou, y cuando al argentino se le pone algo entre ceja y ceja suele llegar hasta el final. No es casualidad que las mejores actuaciones del equipo culé hayan llegado en la competición continental. Con él activado se encienden todas las alarmas, porque el Barça saca a relucir su voracidad. Que se lo digan al Levante.


AS ROMA-FC OPORTO: SENSACIONES AL PODER

Marega, una de las sensaciones del torneo. (foto: Getty Images)

El cruce más igualado de todos, y eso que uno de los equipos llegó el año pasado a las semifinales echando al Barça y el otro fue vapuleado en los octavos. La Roma de Di Francesco no atraviesa precisamente su mejor momento. Séptimo a más de 20 puntos de la Juventus en Serie A, goleado por el Real Madrid y derrotado por el Viktoria Plzen en esta Champions y alternando buenas y penosas actuaciones, su temporada está dejando bastante que desear. De lo poco positivo puede ser el debut del joven centrocampista Nicolò Zaniolo, titular en el Bernabéu y cada vez más habitual en los planes de su técnico, que seguro está deseando recuperar el estado de forma de Dzeko del año pasado. Pero Di Francesco ya ha demostrado saber mover sus piezas -el Barça es el ejemplo-, y en un cruce tan parejo, la diferencia de entrenador puede ser fundamental.

Cuando hablamos del Oporto en esta Champions hablamos del equipo que más puntos ha conseguido en la fase de grupos, que no ha perdido ningún encuentro y que tiene a uno de los delanteros más en forma del torneo y del continente, Moussa Marega -5 goles en competición europea-. Estos hechos tampoco pueden cegarnos, ya que su grupo era el más débil de todos. Aún así nadie le puede quitar merito a los de Sérgio Conceiçao, que ha construido un equipo compacto atrás y muy peligroso arriba, sobre todo en cuanto al balón parado, con uno de los centrales de los que se está hablando en Europa, Éder Militão, brillando en esta faceta además de la defensiva. Poderío en las dos área que puede resultar fundamental en la eliminatoria, así como cada uno de los golpes futbolísticos que italianos y portugueses se repartan. Si en algún cruce jugará un papel exclusivamente fundamental el estado de forma, es en este, el más igualado, el menos claro.


AJAX-REAL MADRID: LOS POLOS OPUESTOS SE ATRAEN

La primera gran cita de Frenkie de Jong. (foto: Ajax)

Un Ajax que no llegaba a estas rondas desde 2005 y un Real Madrid que ofrece más dudas que certezas. Lo primero es algo novedoso analizando las últimas temporadas, lo segundo no. Entre estos dos conjuntos hay diecisiete campeonatos de Europa y una actualidad bien distinta a ello. Porque los tiempos de los ajaccied han quedado atrás y los madridistas a día de hoy son una caricatura de mayo.

El Ajax de Ten Hag tiene una filosofía muy reconocible para el equipo holandés. Juego de toque, juventud y talento. Tres aspectos que se le habían quedado cortos, muy cortos, en los últimos años al equipo ajaccied. Por eso llegaron Huntelaar, Daley Blind y Dusan Tadic. Un puntito de experiencia entre tanto jovenzuelo imberbe, y se ha notado hasta el punto de que ahora son imprescindibles en el libreto de Ten Hag, junto a las dos perlas de las que toda Europa habla, Frenkie de Jong y Matthijs de Ligt. Centrocampista y central en la agenda de todos los grandes, fijos también para la oranje, arrasan en la Eredivisie. El Ajax tiene mucho que ganar y poco que perder ante el Real Madrid. Por eso, seguro que nos lo vamos a pasar bien con los de Ten Hag.

El Real Madrid está jugando mal, y por eso es más peligroso. Porque hace un año, en diciembre, era lo mismo. Y todos sabemos que la historia acabó en mayo con los chicos de blanco levantando el trofeo por cuarta vez en los últimos cinco años. Sea con quien sea, este Real Madrid siempre es insaciable, y más en estas instancias de "su" competición. Porque el pasado mes de febrero, ante el PSG, llegaba así, y lo superó. Porque puede jugar mal, y de un plumazo te pone cloroformo y te caen tres goles. Porque pueden no tener soluciones, que al final las encuentra de cualquier lado. Así ha sido. O estaba siendo, porque esta 18-19 genera una duda que hace mucho no tenía. Ese mix que mezcla competitividad, talento individual y mística de club tiene un reto especial este año. Solari tiene la oportunidad -y el deber- de pasar esa prueba como la pasó Zidane en su momento, pero con un agravante: sin el 7. La gran causa de ese "menos frecuentemente". Sin el que marcaba la diferencia en un instante, los blancos aprecian falta de gol -12 goles este año en fase de grupos, solo Ronaldo marcó 9 el curso pasado-. Momento clave para demostrar de verdad si ha perdido más que un goleador y un líder el Real Madrid con la marcha del luso. Ocasión, tanto esta como las posibles siguientes, para confirmar o desmentir un cambio de ciclo.


LIVERPOOL FC-FC BAYERN MÚNICH: UN NUEVO ORDEN

Empeñados en repetir lo del año pasado. (foto: Liverpool)

Tras el Juventus-Atleti, este es EL emparejamiento de estos octavos de final. Aunque parezca mentira, hasta ahora nunca hemos visto un choque entre reds y bávaros en la historia de la Champions League como tal, y en los últimos años nada hubiera hecho pensar que la encaráramos con el Liverpool como gran favorito. Porque así es. Aunque las finales se le resisten, Klopp ha sacado a los liverbirds del largo letargo en el que se encontraban y los ha devuelto a la nobleza nacional y europea a base de sus agresivos planteamientos y de su fuerza. Y este año con aún más. Porque los reds ya no solo son Mané-Firmino-Salah. Nunca lo fueron de hecho, pero ahora ya todos lo reconocen. Junto a los tres tenores -que parecen recobrar poco a poco sensaciones de la 17-18-, brillan con la misma -o más- intensidad la portería y la defensa, pobladas por Alisson, Alexander-Arnold, Joe Gomez, Van Dijk -no jugará la ida- y Robertson. Lo que antaño era su mayor déficit ahora se convierte en una garantía. Y Fabinho y Naby Keïta aún están entrando poco a poco en los esquemas. De esta forma, los de Anfield son líderes en la Premier y han superado el grupo de la muerte en segunda plaza. Olvidar lo de Kiev no es fácil, y este año es perfecto para borrar esa mancha. Y este, un primer paso para dar un golpe en la mesa.

Enfrente, el equipo Champions League por excelencia junto al Real Madrid, pero también el peor Bayern Múnich de los últimos tiempos. Porque así es, otra vez. A Niko Kovac le está costando encontrar la llave de un conjunto que parecía llevarse solo pero que está cada vez más necesitado de una profunda renovación -las salidas de Robben y Ribéry el próximo verano podrían abrir la veda-. Aunque en Champions han sido primeros de grupo, el problema llega en el que es su coto de caza privado, la Bundesliga. Tercero en la tabla, con tres derrotas y tres empates ya en su haber, impensable a estas alturas otros cursos, y con más puntos perdidos en el Allianz Arena que en todo la campaña pasada. Números que no estamos acostumbrados a ver en Baviera, aunque Lewandowski, en mayor o menor medida, sigue respondiendo -es actualmente el pichichi de la Champions con ocho dianas-. Los resultados de una defensa que apenas sigue a su sombra -Hummels y Boateng están en caída libre- y de un equipo que sufre sacando balones desde atrás -algo menos con Kimmich devuelto a su posición natural-. Ambos aspectos que para los reds son como para un tiburón oler sangre. Y Klopp ya se la ha olido muchas veces a los muniqueses.


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