ALGO HA CAMBIADO EN DENVER

(foto: USA Today Sports)

"Cuando te quedas sin PlayOffs por un solo partido dos temporadas seguidas y tu defensa está entre las cinco peores y tu ataque entre los cinco mejores, algo hay que hacer. No se puede cometer el mismo error una y otra vez". Son palabras de hace unos días de Mike Malone, entrenador de los Denver Nuggets, al medio de comunicación ESPN. Y algo han hecho.

Porque sí, los Denver Nuggets han sido en las últimas temporadas uno de los equipos habituales en la lucha por los PlayOffs, han dado la cara ante los grandes conjuntos y han ofrecido actuaciones individuales que se quedan en el libro de los récords. Pero siempre ha faltado algo que marcara la diferencia necesaria para efectuar el siguiente paso.

Y, como evidencian las palabras del director técnico del equipo del Mile High, uno de esos factores claves es la defensa. Los Nuggets, un cuadro que no se compone de un esquema defensivo muy potente, han pasado de ser la octava peor defensa la pasada temporada, a ser, en este primer mes de NBA, una de las cinco mejores. La receta es sencilla. Más compromiso, más intensidad, más ganas. El tapón de Juancho Hernangómez ante los Warriors como ejemplo, como los números que dicen que se trata de la segunda mejor temporada en cuanto a robos (8,6 por partido) y la mejor en rebotes (46,5) de los últimos años.

Buena parte de culpa de esto la tiene un Paul Millsap que, después de un primer año en Denver aguado por las lesiones, está empezando a dejar su marca en esta 18-19. El ala-pívot de 33 años, ex de Jazz y Hawks, aporta ese grado de experiencia y agresividad que necesitan otros jugadores y que tanto se nota en el parqué y se está apreciando con estos Nuggets.

Millsap y Jokic, una pareja defensiva atípica. (foto: USA Today Sports)

A la sustancial mejora en defensa se le une el evidente talento en ataque que ha salvado sus últimas temporadas. No por casualidad Nikola Jokic se convirtió el curso pasado en el jugador en realizar un triple-doble en un partido en menos tiempo. El serbio justificaba así su pésima defensa con brillantes actuaciones ofensivas, que le han llevado a ser el jugador franquicia. Junto a él están Jamal Murray -capaz de anotar 48 puntos vs Celtics o de hacer bailar a sus defensores- o un Gary Harris en continua progresión. Además, esta está siendo una de las mejores campañas en cuanto a asistencias (24,7 por partido), algo que habla de la buena comunicación entre los chicos de Malone.

Y aún faltan por llegar de lesión piezas importantes como el desterrado de "The Land" Isaiah Thomas, Will Barton y el rookie Michael Porter Jr -aunque la fecha de vuelta a las pistas de este es una incógnita-, hombres llamados a aportar mucho desde el banco. Algo que está haciendo hasta Juancho, quien con un porcentaje de 44,7% en tiros de tres está sacando la cabeza como argumento ofensivo para su técnico.

Un equipo unido por la causa, que conjuga juventud y experiencia y en el que todos entienden su papel, algo fundamental para lograr objetivos y que no se resquebraje el grupo -como está sucediendo en San Francisco-. Así es más fácil lograr cosas como ser capaz de vencer a grandes conjuntos del Oeste o igualar el mejor inicio de curso de la franquicia, con nueve victorias, entre ellas ante equipos como los Warriors, los Celtics o los Jazz, y una sola derrota, a manos de los Lakers.

Jamal Murray ha protagonizado una de las actuaciones más destacadas de este inicio de año. (foto: USA Today Sports)

Lamentablemente, en los últimos cuatro partidos este comienzo se ha visto un poco emborronado, con cuatro derrotas consecutivas ante Grizzlies, Nets, Bucks y Rockets. Y curiosamente, buena parte de este bajón se debe a la falta de acierto en el que era su gran arma, el ataque. Jugadores como Trey Lyles, Torrey Craig, Michael Beasley, o los mismos Jokic, Murray -a pesar de su noche vs Celtics- y Harris han visto disminuidos sus porcentajes de acierto en el lanzamiento, en parte por su mayor dedicación en defensa. Como dice Millsap y toda persona relacionada con el deporte cuando la suerte no está de su lado, "los tiros acabarán entrando".

Lo cierto es que los datos dicen que los Nuggets anotan menos porque atacan distinto que otros años. Al contrario que el resto de la NBA, están cada vez tirando con menor frecuencia desde detrás de la línea de tiro de tres -solo 25,9 pts por partido vienen de tres, el 25º peor equipo NBA en este aspecto-, en parte porque son incapaces de crear ataques favorables para sus francotiradores, como bien reflejan estas estadísticas de denverstiffs.com, página web dedicada a la franquicia.

Compitiendo así -y consiguiendo que las pelotas vuelvan a entrar en la canasta- difícil será no ver a los Denver Nuggets en la post-temporada, en la lucha por el título en el cuadro del Oeste. Después de dos temporadas haciendo y logrando lo mismo, cambiar el método tiene que servir para cambiar el final, ese que tanto dolió en la 17-18. No veremos tanta diversión -aka partidos de 140 puntos- pero sí más competitividad, que es lo que cuenta para no acordarse de ciertos partidos en mayo.


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