LAS PIONERAS

(foto: COE)

Muni, Silvia, Monte, Cárol, Yarima, Élia, Noe, Toñi, Martita y Antía. Esos son los nombres de las diez pioneras del fútbol sala olímpico en España. Porque sí, por primera vez en la historia, el fútbol sala, tanto masculino como femenino, ha ocupado el lugar que merece, el olimpismo. 

Lo ha hecho en la capital argentina, en Buenos Aires, en la celebración de los III Juegos Olímpicos de la Juventud. A muchas personas les sorprenderá la existencia de estos JJOO de la Juventud, que no es otra cosa que la imitación de los Juegos que todos conocemos, pero para deportistas de entre 15 y 18 años. Llevan disputándose cada cuatro años desde 2010 -los invernales desde 2012-, y nos ofrecen la oportunidad de ver a los deportistas del futuro y de probar deportes que no son olímpicos en su mayor nivel. En esta edición se añadieron el baile deportivo, el kárate, la escalada, patinaje de velocidad y el fútbol sala a los 28 que ya se desenvolvieron en Nankín 2014.

Somos muchos, entre los que me incluyo, que no logramos entender que el fútbol sala no sea olímpico todavía. Un deporte que reúne con creces todas las características y los valores que representan al olimpismo, que llama al espectáculo, constantemente emocionante, que atrae a la vista del espectador y deja en cada partido esos highlights tan de moda en esta nueva generación. Y somos muchos más los que no entendemos que para Tokio 2020 tampoco vaya a ser olímpico.

Con datos del Canal Olímpico en la mano, el fútbol sala, que ha reemplazado al fútbol en Buenos Aires, ha sido el deporte que más atención ha generado, el que más ha llenado sus instalaciones. El Pabellón Principal de Tecnópolis fue un ejemplo de cómo está creciendo este deporte en Argentina y Sudamérica, sobre todo en el "superclásico" de las semifinales masculinas entre la albiceleste y la verdeamarela, que acabó con triste desenlace para la selección local.

Brasil pudo con Argentina, en un día en el que el Tecnópolis se llenó hasta la bandera. (foto. COE)

Números que empezaron a ponerse en marcha con el gol de Noe el 7 de octubre. El primer gol de la historia del fútbol sala en unos Juegos Olímpicos. La alcarreña, que cumplirá 17 años en diciembre, puso su nombre en la historia de este deporte y de paso abrió el camino de los 39 tantos que España anotó solamente en la fase de grupos. 9-2 a Bolivia, 2-6 a Tailandia, 0-8 a Tonga y 16-1 a Trinidad y Tobago, las escandalosas goleadas españolas que abrieron el camino a las semifinales.

La igualdad brillaba por su ausencia, producto de la superioridad española por este grupo y portuguesa por el otro y de la no participación de otras selecciones que podrían haber puesto un punto más de competitividad. Portugal, España, Bolivia y Japón protagonizaban las semifinales, con el run-run de que serían un trámite antes de ver una final ibérica. Pero no pudo ser.

Las tres selecciones medallistas, hermanadas tras la ceremonia. (foto: FIFA)

Las defensa de las niponas se cruzó en el camino de las españolas que, aunque lograron adelantarse en el marcador de nuevo gracias a Noe, se vieron remontadas y superadas por la disciplina japonesa, condenando a las chicas de Clàudia Pons a luchar por el tercer puesto.

La cordura volvió dos días después, cuando la selección española se hizo con el bronce tras derrotar a Bolivia con un resultado claro como es el de 0-11, con la única mala noticia de la grave lesión de la capitana Antía Pérez. Mientras, en la final Portugal no dejaba lugar a la sorpresa y derrotaba por 4-1 a Japón para colgarse el primer oro olímpico del fútbol sala, haciendo Brasil lo propio en el apartado masculino. Sí, Brasil en Argentina.

No ha sido el resultado que se esperaba, pero las diez chicas que han representado a España en Buenos Aires pueden estar orgullosas de su papel y sobre todo de lo que puede suponer su participación en el futuro de este deporte. Porque esta ha sido una cita que ha servido para poner el fútbol sala -más- en el mapa, para demostrar que necesita al olimpismo y que el olimpismo puede beneficiarse con los del 40x20. Para Tokio no será, "gracias" a ciertos intereses de altos mandos, pero en 2024 es turno de Francia, donde el fútbol sala también está creciendo y aumentando su popularidad. Siempre nos quedará París...


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