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Dos tifosi en un Derbi della Lanterna. (foto: ilsecoloxix.it) |
Bajo la luz del faro
de la ciudad de Génova han dejado sus huellas a lo largo de la historia una
inmensidad de nombres y personalidades. Navegantes y soldados han arribado de
todas las partes del globo dejando junto a ellos un pequeño relato o anécdota. Vivencias
que se desvanecen con la memoria de aquellos que estuvieron presentes, pero que
perviven entre pergaminos, libros y panfletos.
El calcio es posible que haya experimentado algo
semejante desde su globalización. En la actualidad presenta su acogida más que
nunca al talento de los Balcanes y del Mediterráneo próximo. Incluso más allá
del Atlántico marca tendencia. Italia, estrechamente vinculada con países como
Argentina o Uruguay, ha abierto sus puertas de par en par a cracks del otro
continente. Una diversidad cultural y futbolística que hace de la Serie A una
competición apasionante.
Sin embargo, el caso
genovés en estas fechas es bastante singular. Las dos escuadras del Luigi
Ferraris, hermanas antagonistas por tradición, llevan por bandera en esta
temporada a dos jugadores con un origen común. Gran parte del éxito de ambas
durante lo que va temporada se debe al rendimiento de dos jóvenes polacos que
están destinados a llevar el testigo de la selección en el futuro. Una misma
ciudad y un mismo país, pero dos formas distintas de entender el fútbol: el
caso de Karol Linetty y Krzysztof Piatek.
LA
CATAPULTA DEL VECCHIO BALORDO
Para unos sorpresa y
descubrimiento en el panorama internacional, para otros el paso más de un
rematador nato. Sea como sea, el rendimiento de Krzysztof Piatek en sus
comienzos como genovés está siendo causando auténtica sensación en Italia. Su
comienzo ha sido tan fulgurante como delantero de la Genoa que ahora mismo se
sitúa como el primer aspirante a acabar siendo capocannoniere
de esta temporada. Sin embargo, si conocen su recorrido no deben sorprender
tanto estos hechos. Piatek tiene tras de sí un historial goleador que habla muy
bien de él.
Su progreso en
Polonia fue meteórico. El Zaglebie Lubin apostó por él en 2013, y en 2014 se
convirtió en la principal referencia ofensiva del equipo con apenas 19 años.
Tras un año en Segunda, los goles de Piatek serían clave para retornar a la
Ekstraklasa. Allí volvería a hacer buenos números, llamando la atención de los
grandes de la competición. En 2015 firmó por el Cracovia, donde Krzysztof
experimentaría su explosión como gran goleador. Pasó de 11 goles a 21 de una temporada para otra. Cifras que le
sirvieron para convertirse en el tercer máximo goleador de la Liga, y para
hacerse sonar en este mercado de fichajes como un prometedor 9.
Por su parte, el
Genoa encontró en la campaña pasada auténticas dificultades de cara a portería.
El equipo no contó con una referencia goleadora definida -su máximo goleador,
Lapadula, tan sólo logró 6 goles-, y elementos como los veteranos Goran Pandev o
Giuseppe Rossi no fueron revulsivo suficiente como para marcarse un objetivo
mayor que la permanencia. Era una necesidad capital el buscar un 9 de
referencia durante el verano en el que basar el esquema ofensivo. Fue entonces
cuando los caminos de Genoa y Piatek encontraron su punto de unión.
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Uno de los nombres propios del inicio de curso. (foto: Maxppp) |
Una unión que por el momento está siendo una de las grandes sensaciones del panorama futbolístico.
El depositar toda su confianza en el joven pistolero ha servido para incitarlo
a responder a base de golpes de catapulta. Con 12 dianas en 7 partidos, el
polaco tiene a la prensa comiendo de su mano. Génova corea su nombre e Italia se
rinde a la pólvora de sus pies. Los medios no han tardado en hacer eco del
interés que despierta hacia grandes equipos. Piatek ha irrumpido en el planeta
de las grandes ligas como un extraterrestre con mucha munición, siendo
comparado con otro gran polaco como Lewandowski. Por el contrario, la realidad
es que sus perfiles no son tan semejantes.
Mientras el del
Bayern es un jugador con más habilidad con el balón, Piatek es una catapulta al
uso. El rossoblù es un delantero que se
caracteriza más por ser un llegador/rematador. Más allá de tener un tren inferior potente, que le dota de habilidad y de capacidad de sorprender en contras, también es capaz de sorprender con la habilidad que tiene para armar el
disparo. Tanto con las piernas como por alto, deja notar que lleva el gol en la
sangre. Además, su posicionamiento en ataque es una herramienta silenciosa de
la que hace uso muy a menudo. Se puede decir que el
instinto lo hace distinto.
EL
MOTOR BLUCERCHIATO
En el otro bando de
la ciudad, los del Doria continúan su idilio con Karol Linetty. Curiosamente,
el nombre de Linetty no es demasiado conocido más allá del entorno del Calcio y de su Polonia natal, pero no por ello
se le debe restar mérito al talento de este mediocampista. A sus 23 años es el
principal motor de la Samp, y aunque ya lleva sus partidos jugados en el Luigi
Ferraris, Europa aún no parece saber de la dimensión cualitativa de este
hombre. Tiene mucho que aprender todavía, pero también mucho recorrido.
Su primera
experiencia como profesional la gozó muy joven, al igual que Piatek. El Lech
Poznan, equipo que lo acogió en su filial, le dio la oportunidad debutar en la
Ekstraklasa con tan sólo 17 años. A partir de ahí se convertiría en amo y señor
del mediocampo del equipo polaco durante 4 temporadas. Teniendo en cuenta su
edad, estos son hechos verdaderamente sorprendentes, pero Linetty mostró una
gran madurez en los terrenos de juego de su país desde muy pronto. La Sampdoria contactaría con
el polaco en el verano de 2016, abonando por él tan sólo 3,2 millones de euros.
Desde entonces, en
el Luigi Ferraris es un miembro indispensable del centro del campo blucerchiato. Mientras en la selección polaca
-en la que es un miembro habitual- ocupa labores del tipo ofensivo, en Italia
ha desarrollado su juego en lo que Italia denominan mezzala. En otras palabras, un centrocampista con cierta
libertad, pero que tiene aplicaciones del tipo ofensivo y defensivo. Un perfil
de jugador al que se le requiere entereza en muchos aspectos del fútbol. Un
ejemplo de mezzala semejante a Linetty, por ejemplo, podría ser Mateo Kovacic
-especialmente en su etapa como nerazzurro-.
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Linetty celebrando un gol con el eterno Quagliarella. (foto: Luca Zennaro//EFE) |
Además, la muestra
concreta de Kovacic se amolda muy bien a su perfil puesto que ambos son de
características similares. Piezas de estatura baja, con un buen motor en las
piernas, capaces de dar soluciones al juego gracias a su verticalidad y su
visión de juego. Defensivamente ambos son buenos con el tackle, aunque Linetty es más dado a hacerlo en posiciones de
presión más que de contención. La única pega que se le puede poner al polaco es
la misma que a otros tantos polacos de su demarcación: la falta de imaginación. Aunque es un jugador muy inteligente, tanto en lo táctico como lo creativo, también es
un jugador que pocas veces se arriesga a atacar frente a frente al defensa. Sin
embargo, esto lo compensa con su trabajo y su entrega en los partidos.
Muchos lo clasifican
en la actualidad como el auténtico buque insignia de la Sampdoria, por delante
de gente como Quagliarella o Dennis Praet, pero de momento parece pasar
desapercibido a los ojos de los grandes. Es cierto que ha sido señalado en el pasado
por equipos como el Tottenham o el Everton, mas Linetty parece estar cómodo bajo el
faro de la ciudad de Génova. Tras la marcha de alguien tan talentoso como Lucas
Torreira, él ha sido el encargado de llevar los galones, y no aparentan pesarle en absoluto. Este es el nuevo
reto de un dínamo inagotable, que pese a no brillar en Rusia 2018, está listo
para hacerse sonar una vez más en Italia.
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