FRANCIA COSE SU SEGUNDA ESTRELLA

Griezmann, Pogba y Mbappé presumiendo de estrellas. (foto: Matthias Hangst//Marca)

Francia se ha proclamado campeona del mundo. Veinte años después, la selección gala dirigida por Didier Deschamps repitió el triunfo que el equipo capitaneado por el mismo Deschamps logró en 1998, erigiéndose en el tercer hombre que consigue levantar la Copa del Mundo como jugador y entrenador.

A pesar del abultado resultado (4-2), Francia quizá jugó su peor partido en este Mundial, junto al primero de fase de grupos. El ímpetu y la ilusión de una primera vez finalista Croacia estaba superando todas las porciones del campo francesas como no se había visto en los anteriores partidos del torneo, con un todocampista Ivan Rakitic brillando por encima del resto.

Pero si por algo se ha destacado esta selección es por la templanza. A pesar de ver a Pavard sufriendo ante el diablo Perisic, a Umtiti y Varane más frágiles que nunca, a Giroud sin recibir balones para aliviar, a Mbappé sin opciones de correr, e incluso a Kanté desactivado y desaparecido - hasta tal punto que fue sustituido en el minuto 55-, Francia se mantuvo, y no solo eso, ya que también se adelantó en el marcador.

Una desafortunada acción abrió la lata para Francia. (foto: Shaun Botterill//Getty Images)

El colegiado argentino Néstor Pitana -que quedará en la memoria de todos también por esto- señaló una más que dudosa falta sobre Griezmann, que el propio jugador del Atlético colgaría para que, en un acto de mala fortuna, conectara con la cabeza de Mandzukic y la pelota se colara en la portería. La conexión Antoine-Mario sigue en forma años después de que el croata dejara el equipo de Simeone...

Diez minutos le duró la alegría a los galos, que vieron como Perisic remataba una jugada pasada por aire con su exquisita zurda para poner justicia en el marcador. Casualidades del destino, otros diez minutos más tarde Griezmann convertiría un penalti -tercer gol del partido, los tres en jugada de balón parado- que provocó el propio Perisic después de que el balón impactara en su brazo en un saque de esquina. Siendo netamente inferior, Francia se iba ganando al descanso.

Pogba encaminó la victoria de los de Deschamps. (foto: Getty Images)

Después de que Modric le echara la reprimenda a un asistente en el túnel de vestuarios, poco cambió en la segunda mitad, con Croacia manteniéndose en su objetivo de la posesión de la pelota para lograr la remontada, que nunca llegaría. Sí lo haría el tercer tanto, en un contragolpe que Pogba inició y finalizó después de que la pelota rechazara en primera instancia en el antes mencionado jugador del Real Madrid, desatando la locura del presidente de la República, Emmanuel Macron, en el palco de personalidades.

Con Croacia cada vez yendo a menos, en parte por el resultado tan adverso y en parte por el cansancio que se hacía notar y que les impedía llegar a los balones divididos, Mbappé puso la guinda con un derechazo lejano, un gol merecido para completar una historia de lujo. Hace exactamente dos años le estaba marcando a Croacia en la fase de grupos del Europeo U19. Cumplirá 20 añitos en diciembre. Qué bestia.

Modric y Mbappé con sus premios. (foto: Sky Sports)

Con algo más de veinte minutos por delante, el marcador solo se movería a consecuencia de un fallo garrafal de Lloris, que lo había hecho todo perfecto en este Mundial, y de la pillería de Mandzukic. Un gol similar al de Benzema en la final de Champions que convierte al croata en el quinto hombre en marcar en una final de Mundial y de Copa de Europa -en este último caso en dos ocasiones-.

No hubo mucha más historia a partir de ahí, solo la espera hasta que se repartieran los premios individuales, con Modric recibiendo el Balón de Oro -no se lo dan a un campeón desde 1994-, Mbappé el galardón a mejor joven, Courtois el de mejor portero y Kane coronado como el máximo goleador con seis dianas, y se desatara la locura de las celebraciones.

Lloris protagonizando la imagen que todos los franceses deseaban. (foto: Shaun Botterill//Getty Images)

Bajo una jarrazo de agua, otorgándole un punto de epicidad, el capitán galo Hugo Lloris alzó al cielo  la Copa del Mundo sobre el césped del Luzhniki -mucho mejor que hacerlo en el palco-. Su Francia mostró poco brillo pero mucha velocidad, solidez, suficiencia y empaque, que han sido los hilos que han cosido la segunda estrella del Equipe de France. Les Bleus dominan el mundo... y no quieren detenerse. Hay juventud y calidad para rato en Clairefontaine. Próxima estación, Eurocopa 2020. Hasta siempre, Rusia 2018.

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