XABI PRIETO: EL ÚLTIMO CABALLERO

Xabi Prieto en su partido 500 con la txuri-urdin. (foto: Real Sociedad)

Para aficionados al fútbol como yo, no se entiende una Real Sociedad sin él, es simplemente inconcebible. Pero a partir de la próxima campaña así será. Xabi Prieto cuelga las botas a final de temporada, habiendo disputado en total quince y más de 500 encuentros con la camiseta del primer equipo de la erreala.

Mis recuerdos de la Real Sociedad llevan irremediablemente a un Barça cayendo constantemente en un campo casi inexpugnable como Anoeta y un equipo aguerrido e inconformista que difícilmente baja los brazos. Y en todos esas memorias se mantiene presente Xabi Prieto. Sus pases inalcanzables para la defensa rival, sus regates (la "Prietinha" sigue en la mente de muchos realistas), su fino golpeo y toque de pelota, sus penaltis a lo Panenka, su comprensión del juego, su inteligencia, sus exhibiciones ante el Real Madrid (su víctima goleadora preferida)... Una pena que nunca pudiéramos haber visto todo esto vestido con la camiseta de España.

Su anuncio de retiro llega de manera sorprendente. Nada hacía presagiar que el momento de dejar el fútbol del centrocampista de 34 años llegaría ya. La noticia ha supuesto un trauma para el mundo realista y del fútbol español. Xabi Prieto no es uno más. Pocas, o ninguna vez hemos visto al jugador nacido en la misma Donosti alzar la voz o cometer ningún desliz ante la prensa, tampoco protagoniza anuncios ni está presente en las redes sociales. Como buen futbolista con aroma a antaño, él solo actúa en el campo, y cuando puede hacerlo su gente lo disfruta.

Anoeta, su paraíso. (foto: EDV)

No le dan a cualquiera el número 10 de un equipo porque sí. Un dorsal que ha definido a gente como Maradona, Rivaldo, Gullit, Pirlo, Cruyff, Zico, Pelé, Ronaldinho, Messi... Las cualidades, humanas y futbolísticas, del donostiarra son interminables. Su versatilidad le ha permitido jugar a lo largo de su carrera en el mediocentro y en el extremo, sin ser excesivamente rápido de piernas, pero sí de cabeza. Su calidad y su clase cuando se pone unas medias y se ata las botas sobrepasan con creces todo el físico que le falta, y que, desgraciadamente, le ha penalizado. Las lesiones han sido su gran lastre durante gran parte de su vida, pero no le han impedido demostrar el jugador que es.

Ni siquiera dentro de los "one-club-man" es un jugador normal. Xabi Prieto siempre ha estado del lado de la Real Sociedad. Ahí estuvo cuando el club pasó en cuatro temporadas de quedar segundo en Primera a ser 19º y descender a Segunda, en una de las mayores crisis de esta institución. Ahí estuvo cuando tuvieron que pasar tres duros años en los infiernos para volver a la máxima competición, que se confirmó en su propio feudo tras derrotar al Celta 2-0, en un partido donde Xabi abrió la lata. Y ahí estuvo en los gloriosos días de vuelta a los torneos continentales en Champions y Europa League.

Xabi en su rueda de prensa de despedida. (foto: Real Sociedad)

Xabi se mantuvo en "su" Real Sociedad en las buenas y en las malas. Mientras veía como se iban grandes nombres como Xabi Alonso, Claudio Bravo, Griezmann, Illarramendi (este con vuelta), Carlitos Vela y, en última instancia, Íñigo Martínez, para ganar títulos y hacerse una estrella del fútbol fuera de Anoeta. Pero eso no era lo que le llamaba la atención al bueno de Xabi, y ofertas no le han faltado. Una frase, de sus propios labios, le define: "Yo no quería ser futbolista, yo quería jugar en la Real". Y vaya si lo ha sido.

Xabi Prieto dice adiós sin hacer ruido, porque eso no le ha gustado nunca. Los caballeros como él trabajan desde la sombra y se despiden sin demasiadas alabanzas, porque no es lo que buscan. Eso sí, un último homenaje en Anoeta nadie se lo quita, y será uno de los más merecidos de los últimos tiempos, ante una de las figuras más importantes de la historia de la Real y del fútbol español.

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