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(foto: LancePress) |
Inglaterra creó el fútbol y Brasil le dio el molde. Bajo sus fintas, regates, espectáculo, pasión y "jogo bonito", el fútbol se convirtió en algo más que un deporte, casi una religión en el país paulista. En el estadio São Januário de Río de Janeiro se erige una de las instituciones más importantes de la ciudad y de Brasil, el Club de Regatas Vasco da Gama, y una figura en especial ha protagonizado sus últimos años.
Tras una cortina de humo que sale de su puro cubano, solitario en su despacho, Eurico Miranda admira los partidos como local de su Vasco da Gama. Así lo hace desde que asumiera la presidencia por primera vez. Pero su historia con el Vasco comienza mucho antes, en el año 1967, Eurico contaba tan solo con 23 primaveras cuando se incorporó al club como director de registro, para en 1967 pasar a ser vicepresidente de registro. En ese momento, su vida y la historia del Vasco se habían ligado sin remedio.
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Miranda y Dinamite conversan, cuando aún eran amigos. (foto: GloboEsporte) |
Gracias a su habilidad y su carisma, un chico con escasos medios como Eurico Miranda había pasado a ser un hombre rico y de poder, clave en un club como el Vasco da Gama, y reconocible sobre todo gracias a sus actuaciones en las negociaciones de traspasos. Su mediación para traer de vuelta a una leyenda, Roberto Dinamite, desde el Barça y para vender al mítico Romario al PSV son siempre recordadas. En la época, Eurico estaba considerado como una persona más importante e influyente en el seno del club que el propio presidente, que le había derrotado en las dos últimas elecciones, António Soãres Calçada. Su cargo político, diputado federal por el estado de Río, conseguido a la segunda en 1994, le daba un mayor estátus.
Eran tiempos de éxitos y alegría en el São Januário. Seis Cariocas (1987, 1988, 1992, 1993, 1994 y 1998), tres Brasileiraos (1989, 1997 y 2000), un Río São Paulo (1999), una Mercosul (2000) y la joya de la corona, la Copa Libertadores de 1998 (año del centenario del Vasco), en la que derrotó al Barcelona de Guayaquil en la final con estrellas como Juninho Pernambucano, el excelso lanzador de faltas. Y todo fue a mejor para Eurico Miranda cuando en el año 2000 cogió las riendas del club de forma oficial y total. 33 años después de llegar al Vasco, consiguió anclarse, logró su objetivo final.
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Romario fue uno de los protagonistas de la mítica remontada en la final de la Mercosul. (foto: Acervo Lancel) |
Sin embargo, sus escándalos y sus apariciones se hicieron más elocuentes. Miranda fue acusado de desviar capital extranjero que pertenecía al Vasco da Gama para pagarse su campaña electoral, determinadas inversiones, su coche y otros más. Así, dejó al club en la bancarrota, teniendo que dejar ir a Romario, a quien había recontratado en el 2000. Todo esto mientras declaraba que esa inversión extranjera estaba destrozando al club. Otra de sus múltiples manchas ocurrió el 30 de diciembre del mismo año. Un fallo en al alambrado del São Januário provocó que más de 160 aficionados resultaran heridos. En medio del caos, Miranda saltó al campo para impedir que el choque se parara. Un año antes había también saltado al campo para ordenar al árbitro, que había expulsado a tres futbolistas locales, que detuviera el encuentro que enfrentaba al Vasco ante el Paraná . El dirigente aludió "motivos de seguridad".
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Uno de los momentos más polémicos de su vida como presidente. (foto: vasconoticias.br) |
En 2003, a pesar de todos estos sucesos, volvió a ser elegido. Su escaño como diputado y el Carioca de ese mismo año pesaron más que los escándalos. Hasta que en 2008 todo se vino abajo. Acusado de comprar votos en las pasadas elecciones de 2007, Miranda perdió el mandato del club a manos del antes mencionado Roberto Dinamite, que se había convertido en uno de sus mayores enemigos, el mismo año en el que el club descendía a la Serie B brasileña por primera vez en su historia. Eurico Miranda había destruido al club de su vida, donde hizo y deshizo a su antojo.
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El mayor ídolo del club desbancó a Miranda. (foto: Alexandre Loureiro//LancePress) |
En 2009 el club, ya sin Miranda, arrasa y vuelve a la Serie A y, más importante, comienzan a salir de su base perlas de jugadores como Philippe Coutinho, por el que el Inter ya había pagado para hacerse con sus servicios. El hoy jugador del Barça anotó dos goles en la mítica goleada por 6-0 ante el Botafogo, uno de los clásicos que disputa el Vasco en Río, este es el Clássico da Amizade. Todo había vuelto a su cauce. En 2011, ocho años después, un título, una Copa de Brasil, que se sumó a la condición de semifinalista de la Sudamericana y el subcampeonato del Brasileirao. Pero en 2013 la luz volvió a apagarse. Un nuevo descenso se fraguó. Y ahí apareció un viejo conocido.
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Diego Souza, Fagner o Dedé brillaron en la Copa de 2011. (foto: Cleber Mendes) |
Eurico Miranda, liberado de su trabajo político (donde también tuvo problemas legales) se aprovechó de su tirada en la afición para volver a presentarse a unas elecciones en 2014, en las que arrasó. Había vuelto. Con el club de vuelta en Serie A, Miranda realizó una promesa: el Vasco da Gama nunca descendería de nuevo y regresaría a ser respetado. Pero, a pesar de conquistar otro Carioca, el tercer descenso del "Vascão" se produjo en 2015, y una vez más, ascenso a Serie A en 2016, cuando se alzó con el bicampeonato carioca, completando 34 partidos invicto.
En 2017, nuevas elecciones y nuevo amaño. Tras volver a ser reelegido Eurico Miranda, su rival Julio Brant presentó una reclamación, por la que se acabó anulando una urna de votaciones, dándole a este último una nueva oportunidad. En enero de este mismo 2018 se celebraron nuevos comicios, sin Miranda... pero con él. Y la sorpresa se produjo. La candidatura de Alexandre Campbello, que dio la espalda a Brant y contaba con el apoyo del ex presidente, se llevó la victoria. Miranda seguirá en el club... sin estarlo.
En las oficinas del club los aficionados comenzaron a gritar el nombre de Eurico Miranda, mientras Brant describió ese suceso como "una vergüenza que nunca había ocurrido en los 120 años de historia del club". De esos 120, Eurico Miranda ha estado, contando 2018, 45 años en el seno del Vasco da Gama. Más de un cuarto de vida del club lleva su carismática, habilidosa, polémica, escandalosa y vil, pero todavía amada, firma.
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