ELLAS TAMBIÉN JUEGAN

Jugadoras del Dick, Kerr's Ladies FC posando ante las cámaras.

8 de marzo. Es un día cualquiera. O al menos debería serlo. Pero no lo es. El octavo día del tercer mes del año es el Día Internacional de la Mujer. ¿Por qué la mujer necesita un día en el calendario? Ese es otro tema. Pero lo que todos sabemos es que, por culpa de esta sociedad, en 2018, las mujeres tienen que seguir buscando la igualdad de género mediante protestas, manifestaciones y huelgas. El deporte ha sido uno de los campos que más les ha costado para conquistar. Aunque sigue quedando mucho por recorrer, proezas como la que vamos a comentar a continuación han sido un paso vital.

A finales de los años 10 del pasado siglo, el fútbol comenzaba a ser un deporte de masas, que interesaba al público y que llamaba la atención. La sociedad había conseguido avances, como disponer de tiempo de ocio para disfrutar de la vida. Sin embargo, esos años tuvieron como principales protagonistas otros acontecimientos mucho menos amables. Las guerras sacudieron de forma voraz a casi todo el globo durante la primera mitad de centuria, y nada ni nadie fue ajeno a ellas. En la I Guerra Mundial, la "Gran Guerra", encontramos a nuestras estrellas. Ante el requerimiento de hombres para ir a combatir al frente ante las tropas enemigas, la compañía ferroviaria "Dick, Kerr and Company Ltd.", que acababa de mudarse desde Escocia a Preston, ciudad inglesa que hoy día acoge al Preston North End, primer club campeón de Inglaterra, tomó una decisión que muchas de las empresas siguieron en esos tiempos: recurrir a mano de obra femenina.

Ellas respondieron, como no podía ser de otra forma. Todas lo hicieron. Pero las trabajadoras de esta fábrica de Lancashire fueron diferentes al resto. En sus momentos de descanso, estas trabajadoras optaron por coger su pelota, irse a un verde, hacer unos equipos, montar unas porterías y comenzar a disfrutar de algo más que fútbol. Alfred Frankland, administrador de la empresa, las veía jugar cada tarde desde su oficina. Hasta que un día una luz se encendió en él. Frankland se dirigió a Grace Sibbert, una de las jugadoras, y le lanzó una oferta: comenzar a jugar partidos por Inglaterra para recaudar dinero en apoyo a los heridos de guerra, contando con su apoyo para dirigir el equipo y hacer las giras e incluso con la aprobación de Lloyd George, presidente del país. El primer choque oficial de las llamadas Dick, Kerr's Ladies FC lo disputaron el día de Navidad de 1917 ante el Arundel Coulthard Foundry, uno de los muchos equipos femeninos que se formó inspirados por las chicas de Lancashire, en el campo del Preston de Deepdale, alquilado para la ocasión. Victoria 4-0, 40.000 libras recaudadas y más de 10.000 espectadores en el estadio. Y la cosa no quedó ahí.

Once de las futbolistas del equipo antes de un partido.

El equipo siguió jugando y siguió encantando. En 1920, el Dick, Kerr's Ladies FC jugó el primer partido internacional oficial femenino, ante una selección de jugadoras francesas, atónitas ante la fama de las inglesas, que no hacía más que crecer. Jugadoras como Lilly Parr y Alice Woods se hicieron totalmente famosas, las grandes referencias de un equipo que hacía las delicias de sus fans, dentro y fuera de los estadios, llegando a reunir más de 50.000 espectadores en Goodison Park en ese mismo año. A la gran habilidad de las jugadoras se le unió la pericia de Frankland, que gestionó de manera muy profesional el club y supo fichar, ofreciendo a las fichadas un puesto en la empresa y un jugoso salario. ¿Qué podría ir mal en esta preciosa historia? Nada. Ese fue el problema. En 1921, la asociación inglesa de fútbol, la FA, reaccionó en un acto de cobardía, vileza y machismo, impidiendo jugar a cualquier mujer en campos de fútbol masculino.

Eso no frenó la actividad del Dick, Kerr's Ladies FC. A pesar del veto, siguieron jugando en campos que no eran de la FA, y continuaron con sus giras por todas las islas británicas, e incluso fuera de las fronteras. En 1922 visitaron Canadá y los Estados Unidos. En el país de la hoja de arce recibieron el rechazo para jugar, pero en el de las barras y las estrellas sí lo hicieron, ante equipos masculinos. En nueve partidos, tres victorias, tres empates y tres derrotas. A finales de la década de los 20, nuevos dueños llegaron a la empresa y Frankland y el club de fútbol dejaron de pertenecer a ella, cambiándole el nombre a Preston Ladies FC. Siguieron jugando hasta 1965, año al que llegaron consiguiendo ser derrotadas tan solo en 24 ocasiones El club desapareció, pero dejó atrás su huella para inspirar al futuro. La prohibición de la FA se levantó en 1971. Actualmente, 30 millones de niñas y mujeres practican fútbol de forma federada.

Un coche de la época haciendo promoción de "las campeonas del mundo".

Los moldes se han seguido rompiendo en los últimos años en nuestro país. Actualmente, el 47% de las mujeres españolas practican deporte normalmente. Poco a poco el fútbol femenino se va abriendo camino en el panorama. La TV ha comenzado a interesarse, y su presencia, sobre todo en redes sociales, comienza a estar más presente. Algo parecido sucede con otros deportes como el baloncesto, el tenis, el fútbol sala, el ciclismo o el hockey. Los éxitos recientes de la mayoría de las selecciones nacionales ayudan a ello. Pero aún queda mucho, muchísimo camino, por recorrer para situarse, por lo menos, cerca de estar a la altura de la difusión, el protagonismo y el reconocimiento, desde dentro y fuera de la profesión, que recibe el deporte masculino frente al femenino.

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