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Benzema, Achraf e Isco tras un gol del Leganés (foto: Getty Images) |
Allá por el mes de agosto escribíamos en
este blog sobre el gran momento del Real Madrid, que más que campeón de Europa parecía el gran dominador del fútbol mundial. Nadie parecía capaz de toserle. Casi seis meses después, las cosas son bien distintas en la Casa Blanca.
La derrota en el Bernabéu ante el Leganés que lo deja fuera en la Copa del Rey es solo la punta de un iceberg enorme ya a estas alturas. Desde las victorias poderosas en las Supercopas de Europa y España, todo ha ido cuesta abajo en el Real Madrid. Pocas luces en una primera mitad de temporada que le deja eliminado del torneo del KO sin haber ganado en el Bernabéu a equipos de 2ªB, 2ª y un modesto de 1ª, 4º y a 19 puntos del Barça en Liga y en vistas de enfrentarse a un crecido PSG en octavos de Champions, tras clasificarse como segundo de grupo. Derrotas humillantes ante Barça y Tottenham en Liga y Champions respectivamente, y cediendo muchos puntos ante rivales menores como Levante (empate en casa), Girona (derrota) o Betis (D en casa) y ante no tan menores Villarreal (D en casa), Athletic (E), Celta (E) y Atleti (E) y, lo que quizás sea lo peor de todo, las interminables dudas y malas sensaciones que transmite el equipo hasta ganando, como equipos ante Málaga o Getafe.
Esa magia y esa contundencia de las que hablábamos en verano se han dilapidado con el paso de los meses. La pegada que tanto ha caracterizado al equipo Blanco solo ha aparecido el pasado fin de semana para golear a un triste Deportivo y hace casi dos meses para someter a un mal Sevilla. Hablando en términos ligueros, aunque algunos números se pueden extrapolar a Copa y sobre todo Champions, Cristiano Ronaldo solo suma seis goles, cuando a estas alturas en la 16-17 acumulaba trece. Bale, que se ha perdido varios choques por lesión, ha anotado los mismos tantos que el portugués, con cuatro en las tres últimas jornadas, mientras Benzema ha marcado tan solo dos que, eso sí, valieron para dos victorias por la mínima. En total, 14 goles entre los tres mejores atacantes del equipo merengue. 34 suman Messi y Luis Suárez juntos, 12 Iago Aspas y 10 gente como Stuani o Zaza. Los números no mienten. De promedio, el Madrid necesita disponer de 9,54 tiros para meter un gol, el noveno peor equipo de la Liga en efectividad goleadora. Y la cosa va a peor cuando Zidane introduce su primer cambio, que suele estar entre Lucas Vázquez o Mayoral, 17,6 tiros de media necesitan los merengues para meter un gol tras la primera sustitución, casi doblando la media anterior. Es el equipo que más ocasiones genera pero el que menos las aprovecha.
La campaña pasada, James y Morata eran los cambios más recurrentes y siempre solían responder con goles y cambiando el partido. En el mediocampo, los datos dicen que el Real Madrid es el equipo que más pases da (91,14 por partido), por encima del Barça incluso, pero el porcentaje se reduce en acciones en los últimos 30 metros (74,55 por partido). Menos presencia peligrosa de verdad. En defensa, es el sexto equipo de la Liga que más pases permite al rival en los últimos 30 metros (66,9 por partido) y cada 9,89 tiros del rival, recibe un gol. Número de disparos parecido al de los que necesita en ataque. Y su presencia peligrosa en ataque se reduce en muchas ocasiones a los centros.
Un dato que quizá no sorprenderá es que el Real Madrid es el tercer equipo que más centra del campeonato, con Modric y Kroos siendo los que más lo hacen. El jugador que más ocasiones genera es Isco, con un 18%, seguido de cerca por Bale y el propio Lucas Vázquez, con Asensio y Marcelo más lejos, y Cristiano rondando el 10%. Todos ellos muy lejos de Messi, Griezmann o Aspas, que andan cerca del 24%. Muy lejos de las estrellas de la Liga, de su sitio. Además, el portugués es el segundo que más tira de la Liga, solo por detrás de Messi, pero su número de goles (19 por 6) es bien diferente. Solo en Champions le llegan las alegrías a Ronaldo, con 9 dianas.
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Asensio mira al suelo mientras los jugadores pepineros celebran uno de los tantos. (foto: EFE) |
En verano, Zidane se decidió por reforzar el banquillo y mantener el bloque de futbolistas que le había llevado a ganar dos Champions seguidas y la Liga. Para ello, debían salir varios jugadores de gran cartel como Morata, Danilo o James, y otras promesas como Mariano. Ceballos, Théo Hernández, Marcos Llorente, Vallejo y Mayoral fueron las incorporaciones. Su gran rendimiento en sus equipos de procedencia, junto con las irrupciones de Asensio o Lucas Vázquez, serían suficiente para mantener el mejor bloque de Europa. Eso pensaba Zidane y todo el madridismo en verano, empachados de cinco títulos y de halagos de todo el mundo, en verano.
Hoy, mientras Morata marca goles en el Chelsea, Danilo es líder titánico de la Premier con el City, James vuelve a sonreír en Múnich y Mariano sorprende en Lyon, Ceballos y Marcos Llorente no cuentan con confianza, Théo no ha empezado nada bien su periplo blanco, Vallejo no consigue hacerse un hueco por las lesiones y Mayoral no es ese seguro de gol desde el banco. Muy difícil sustituir los 31 goles y 19 asistencias que acumularon entre el delantero español y el colombiano. Muchos puntos se han ido por ahí, pero sobre todo por la mala forma de los presumibles titulares, que ya apuntábamos antes. Poca finura en ataque, menos magia y orden en la sala de máquinas, menos incorporaciones incisivas de los laterales y una defensa que hace aguas por el centro y los costados. Además, Zidane no está sabiendo elegir las mejores decisiones.
Con Bale como el jugador más en forma tras volver de la lesión, ayer lo dejó fuera de la convocatoria, confiado de que no lo necesitaría para eliminar a la revelación de la Liga, el Lega. Sin él, ni Cristiano, se perdió desborde, velocidad, fuerza y gol. Otro ejemplo es el del Clásico, cuando usó a Kovacic para vigilar de cerca a Messi y Busquets y acabó por conceder el partido a los culés. El técnico francés también está demostrando no saber resolver las situaciones de los partidos. Sobre todo con el marcador en contra, el recurso más usado por Zidane es dar entrada a Lucas Vázquez o Mayoral en lugar de Isco para recurrir a la velocidad por banda y a los centros, en lugar de realizar algún cambio táctico o de esquema. La realidad es que el gallego no está tampoco en su forma de la pasada temporada, y el Real Madrid sin Isco, sin este Isco también lejos de su nivel 16-17, sufre en la circulación de la pelota y en la creación de jugadas peligrosas. Así, el equipo Blanco acaba desechando la pausa que le ha dado títulos para ampararse a "enloquecer" el partido, tirar de empuje y de épica, que muchas veces le ha valido para sacar los partidos adelante, pero no esta campaña. Y así se consiguen números tan malos como impensables como que solo han conseguido vencer el 50% de sus partidos en el Bernabéu.
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Ramos no está a la altura en el centro de la zaga (foto: Twitter @SERdeportivos) |
Los pitos de anoche de la siempre exigente afición del Real Madrid son el clamor de que toca reflexionar. Media temporada, por no decir toda, estará en juego entre el 14 de febrero y el 6 de marzo, en esa eliminatoria de octavos de final de la Champions League contra el PSG de Neymar, Mbappé, Cavani y demás. Con la Liga imposible, fuera de la Copa y sin refuerzos invernales a la vista, los merengues se agarran a "su" competición, pero algo hay que replantearse desde las altas esferas del club hasta los propios jugadores. Porque no es normal que de un año a otro se pase de la mejor temporada de la historia del club a la peor. Del sueño a la pesadilla.. que aún puede hacerse más negra.
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