EL DELANTERO OLVIDADO

(foto: UEFA)

Robert Lewandowski, Luis Suárez, Harry Kane, Cristiano Ronaldo... Todos delanteros de enorme calidad que llevan en su nombre implícito el gol. Pero existe uno en Italia que pocas veces se nombra como debería y que se acerca o, incluso supera, las cifras goleadoras de los antes mencionados.

Edin Dzeko lleva en esta, su tercera temporada con los colores de la Roma, 10 goles en 11 partidos, juntando Serie A y Champions League. Estas cifras goleadoras tan altas no son casualidad. El bosnio se ha asentado en la capital italiana. "La Loba" necesitaba un delantero goleador y el ex del Manchester City necesitaba un club como este. Los "giallorossi" le han dado la calma y la seguridad que necesitaba. Al Etihad Stadium llegó con la Bundesliga bajo el brazo, con la vitola de referente del ataque de un equipo que quería ser un grande inglés. Pero cada verano veía como nuevos futbolistas llegaban etiquetados de la misma forma, hablo de Agüero, Bony, Negredo y demás. Además, la presión de la obligación e impaciencia de los altos mandos y la afición por ganar inmediatamente en un proyecto tan ambicioso como complicado tampoco ayudaron. Su temporada más prolífica fue la 13/14 con 16 goles en Premier, pero una 14-15 muy pobre hizo que el jeque le buscara una salida 4 años y medio después de su llegada y un año después de firmar un contrato de 4 años más. Eso sí, siempre permanecerá en la historia del club. Sin su gol en el añadido que fue el 2-2 ante el QPR, nunca hubiéramos vivido el mítico 3-2 del Kun, que dio una Premier al ManCity casi medio siglo después.

Dzeko logró en Stamford Bridge su tercer doblete de la temporada. (foto: UEFA)

En Roma también le costó en sus primeros pasos, pero 29 goles en Serie A y 8 en Europa League la campaña pasada confirmaron lo que es hoy, el centro de la Roma. Sus grandes virtudes han sabido aflorar. La más notoria a simple vista, su gran estatura, que le permite ser un hombre más que fiable por alto, y con la que nos ha dejado varios golazos de cabeza. Su juego de espaldas a portería también es un plus, con el cuerpo "gigante" que posee, logra una mayor ventaja para girarse y probar el disparo (la prueba es su último gol ante el Milan) o para jugar con las bandas, aunque sus compañeros siempre lo acaben volviendo a buscar a él. Y no en vano. El bosnio siempre está donde tiene que estar un delantero, cerca de portería para rematar de primeras, y lo hace muy bien con cualquiera de las dos piernas. Y fuera de ella también es peligroso, con su potente disparo. Dzeko es el centro del ataque romano, en ataque se juega por y para él, con Eusebio Di Francesco y con Spalletti, dos técnicos antagónicos pero que han sabido ver en el bosnio a la referencia romanista. Y más con las importantes salidas que se han visto en el Olímpico en los últimos años, como Pjanic o Salah, y que han minado la calidad del conjunto.

La relación Dzeko-Roma está establecida totalmente. Ambos mejoran y han mejorado juntos, pero les falta algo. En una Italia dominada con puño de hierro por la Juve y con el creciente Nápoles, se hace complicado conseguir lo más importante en el fútbol, los títulos. El gol silencioso de Edin Dzeko estará ahí para intentar devolver a la Roma al sendero del campeón, casi diez años después de su último éxito.

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