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(foto: PFA Editor) |
Parece ayer cuando aún lo veíamos derrochando clase por los terrenos de juego... Thierry Henry es desde este mes de octubre el nuevo entrenador del AS Mónaco, el club donde comenzó a dibujar una hermosa carrera como futbolista, y donde quiere hacer lo propio en los banquillos. Por lo pronto, tendrá una ardua tarea: reconducir un barco a la deriva.
Hace menos de dos temporadas las gradas del Stade Louis II monegasco se llenaban para ver a un equipo que disputaba las semifinales de la Liga de Campeones y le levantaba la Ligue 1 al todopoderoso Paris Saint-Germain. La confirmación de un proyecto que empezó de forma errática, pero al que su dueño, el ruso Dimitri Rybolóvlev, junto con Leonardo Jardim, consiguió corregir.
¿La fórmula? Apostarlo todo al talento joven, bueno, bonito y sobre todo barato. De ahí, el Mónaco pasó de ser un equipo de Ligue 2 a uno habitual de la zona noble de la Ligue 1. Aunque se nos hayan olvidado algunos nombres, jugadores como James, Martial, Bernardo Silva, Kurzawa, Fabinho, Mendy, Lemar o el mismísimo Mbappé encontraron el Principado, en distintas etapas, su oportunidad para crecer y hacer más grande al club.
Pero hoy ninguno de ellos juega sus partidos como local en Mónaco. Real Madrid, Manchester United, Manchester City, PSG, Liverpool o Atlético de Madrid fueron los destinos de estos futbolistas. Nuevas estrellas a las que los clubes grandes seducieron con títulos y millones, los que se quedaron en las arcas de un Mónaco que a base de ellos, fue sobreviviendo a tan delicadas bajas temporada tras temporada.
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Mboula es una de las promesas que aún no ha roto. (foto: Jean-François Ottonello) |
Hasta esta. Las nuevas promesas -por su poca experiencia- y los sustitutos no han sabido por ahora cubrir el hueco dejado este verano por los Fabinho, Lemar o Moutinho, sumando una triste victoria y tan solo 6 puntos en las 10 primeras jornadas de Ligue 1 -lo que supone su peor inicio liguero desde 1953-, que lo sitúan en zona de descenso, y dos derrotas en Champions League. Estos resultados acabaron llevándose por delante al que había sido el gran líder. No entiende de paciencia el fútbol. Leonardo Jardim fue el técnico que modificó sus esquemas para crear un equipo vistoso y capaz de ganarle a cualquiera, hasta de ganarle la competición doméstica al PSG. También el que recuperó la mejor forma de Falcao y el que le dio la oportunidad a ese tal Kylian Mbappé-Lottin con 17 años.
Apenas salido del colegio de entrenadores y tras haber vivido el Mundial como ayudante de Roberto Martínez en la selección belga, a Henry le cae un papelón. Su primera aventura como técnico no podría ser más excitante pero a la vez decisiva. De su éxito o fracaso en recuperar las sensaciones, y sobre todo los puestos, para el equipo monegasco dependerá que su cartel como director técnico no decaiga nada más ponerse en liza.
Las cosas no han empezado precisamente bien. Su debut en Ligue 1 terminó en derrota contra el Strasbourg, en gran parte debido al grave error de Seydou Sy. Al senegalés, teórico tercer portero, se le escapó un balón fácil de las manos, que a la postre resultaría fundamental en el marcador, haciendo que los aficionados del Mónaco maldicieran las lesiones de Subasic y Benaglio. En ese choque, Titi dispuso un 4-4-2 en el que entregó las llaves del medio campo a la eterna promesa Tielemans, con Golovin y Chadli en las bandas, y Falcao y Jovetic compartiendo delantera.
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Moussa Sylla fue una de las buenas noticias en el campo del Brujas. (foto: Getty Images) |
En su segundo partido, en la competición continental, acabó concediendo un empate en casa del Brujas. Para este choque, Henry se decidió por Badiashile, el cuarto portero, que resolvió su partido sin problemas. Con Falcao lesionado y Jovetic teniendo que dejar pronto el partido por la misma razón, los monegascos tuvieron que jugar en ataque con dos chicos de 18 años, de los que Henry destacó su buen trabajo. Sylla (que marcó el 0-1 y a punto estuvo para el 0-2) y Sofiane Diop formaron ataque junto a Golovin, en lo que resultó en las primeras pistas de que el francés ha aprendido de "Bob" en la selección belga. Un 3-5-2 en ataque y un 4-3-3 defensivo, bien juntito, que aunque no le valió para sumar los tres puntos, sientan las bases de lo que puede ser el nuevo Mónaco de Thierry Henry.
Este sábado a las 20:00, Henry afronta su primer envite como entrenador en el Stade Louis II. El rival, un Dijon en muy mala forma y que suma cuatro puntos más que los del Principado. La oportunidad perfecta para lograr una victoria que pueda suponer el punto de inflexión necesario para devolver al Mónaco donde está acostumbrado a estar.
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