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LeBron y Lue, estrella y entrenador de los Cavaliers (foto: Reuters) |
Los Cavaliers atraviesan una de sus peores rachas de los últimos tiempos. Después de haber empezado la temporada con cinco derrotas en ocho partidos, consiguieron recuperarse con 21 triunfos en 25 partidos, pero de los últimos doce choques ha caído en nueve.
Podemos decir que el equipo de "The Q" está claramente atravesando una crisis, más notable desde el partido de Navidad en el que perdieron a manos de los Warriors. Y más tras las palabras del líder del equipo y el único que está demostrando una actuación digna de un equipo que ha estado tres veces seguidas en las finales, ganando una. Ese hombre es LeBron James, que ha admitido que está viviendo "la peor temporada de toda mi carrera". "The King" ve como su equipo está con 26 victorias y 17 derrotas, situándose a ocho triunfos del líder de la Conferencia Este (este año más dura, pero aún de menos nivel que la Oeste), los Boston Celtics, y solo cuatro por encima de la zona de no PlayOffs. El panorama no es el mejor.
A pesar de que tampoco no es para "tirar cohetes", el problema no parece estar tan enfocado en el ataque, apartado en el que, fundamentalmente, dos jugadores han tapado las carencias. LeBron James es, sin duda, el más destacado, sumando 27,3 puntos por partido, 7 triples-dobles y siendo el segundo mejor asistente de la liga. El otro es Kevin Love, con sus 19,2 puntos de media y su destacado acierto desde la línea de tres, estadística en la que solo Kyler Korver le supera en el equipo. Su blando carácter bajo canasta es su gran contra.
Esta irregularidad atacante se explica mejor si decimos que Isaiah Thomas acaba de volver de su larga lesión, otros como Derrick Rose siguen entre algodones, y Dwyane Wade y JR Smith están casi desaparecidos. Donde sí es notable y se deja al equipo "en cueros" es en el bajón en la defensa. A día de hoy son el 24º peor equipo en rebotes defensivos, el 22º peor equipo en robos y el 29º, o lo que es lo mismo, penúltimo peor equipo en tapones de toda la NBA. Esto, y otros datos más, lo convierten en el tercer peor equipo de toda la liga. Una defensa frágil, rota, inexistente. Números que distan totalmente de un equipo que aspira a lograr otra final y a conquistar su segundo anillo.
Por eso, comienzan a sonar rumores de entradas y salidas. Y cuando el río suena, es porque agua lleva. Tristan Thompson, uno de los escuderos de LeBron y pilar fundamental en el anillo de 2016, ha bajado su nivel, sobre todo por su bajón físico, y la defensa se resiente. Jae Crowder es otro de los señalados. Llegado de Boston a cambio de Irving, su rendimiento ha caído tanto en defensa como en ataque. También Iman Shumpert se encuentra en esta lista. Uno de los grandes especialistas en la defensa está siendo castigado por su bajo nivel en ataque y por las lesiones, otro de los hándicaps que sufren los del criticadísimo técnico Ty Lue. Ya han comenzado a salir nombres a la palestra para próximos refuerzos. Paul George, DeMarcus Cousins, DeAndre Jordan... además del interés en el primer pick de los Brooklyn Nets para el Draft de 2018 que ellos poseen para utilizarlo en elegir a una joven promesa. Porque, si los problemas no son pocos, cada vez una nueva posible salida de LeBron va cobrando más fuerza, con los Lakers o los Sixers llamando a la puerta.
El encuentro de esta noche ante Orlando Magic no es uno cualquiera. Contando sus últimos cuatro choques como cuatro decepciones, los Cleveland Cavaliers deberán saltar a "The Q" con una mentalidad especial. Curiosamente, los Magic fueron el último equipo al que derrotaron, hace once días, sellando el triunfo en un competido último cuarto donde los de Orlando se acercaron a la remontada. Una victoria, y si puede ser contundente, daría confianza y algo de seguridad. Además, parece que Derrik Rose va a volver a jugar después de lesionarse por última vez en noviembre. Más en juego que un simple partido de temporada regular.
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