DOS GALLOS PARA UN GALLINERO

(foto: Twitter @NairoQuinCo)

El desembarco de Mikel Landa en Movistar Team ya es una realidad. El vasco está llamado a liderar a la nueva generación de ciclistas españoles, y su llegada al equipo de Eusebio Unzué es un plus. Pero, ¿está llamado también a ser el capo del equipo? Por lo de pronto, un conocido colombiano no está muy receptivo a que eso suceda.

En las últimas semanas se han sucedido los cruces de declaraciones entre Nairo Quintana y Mikel Landa que dejan claro que los dos quieren ser los que celebren los triunfos en el Movistar Team. El boyacense abrió la veda con sus declaraciones a "El País" en las que afirmaba que "como líder del equipo que soy, Landa es bien recibido". Marcando terreno desde el principio. Landa "respondió" con un "voy a su casa y por lo que veo no es de su agrado" en Mundo Deportivo y un grito en tono jocoso en la gala anual de la UCI de "Free Landa!", ese mensaje que se hizo famoso este verano en Twitter durante el Tour, pidiendo libertad de movimientos para el alavés.

Todo esto ha sido antes de la presentación del equipo, que se ha dado esta semana en Pamplona. Desde allí las declaraciones se han suavizado. Han pasado de la tirantez a la relajación, del "no lo conozco" al "me ha caído bien". Eso sí, ambos se mantienen en sus propósitos. Landa ha reiterado una y otra vez su propósito de asistir al Tour y de enfrentarse a Chris Froome, previo paso por el Giro de Italia, donde el liderato de equipo se le presume más factible. Y Nairo ha vuelto a dejar claro que el Tour este año sí, que veremos sueño amarillo de una vez por todas, que el experimento de Giro-Tour que le dejó agotado no se repetirá.

Lo cierto es que a Mikel Landa ya le va llegando la hora de liderar un equipo en el Tour. Tiene las piernas, tiene el carácter y el apoyo de todo un país, que desea volver a ver a un español triunfando en los Campos Elíseos. Y nunca se sabe si esto le va a seguir durando. A un mes de los 28 años, Landa no sería el primer corredor que deja pasar sus mejores tiempos después de estar llamado a ser uno de los importantes del pelotón. Se merece la oportunidad. Y a Nairo se le va agotando la credibilidad, por lo menos desde la opinión pública. Desde su explosión en 2013 hasta sus fracasos en 2015, 2016 y 2017 (en el que fue superado por su compatriota Urán, entre otros muchos, en parte por al enorme calendario que tuvo) ante el bloque Team Sky ha pasado bastante tiempo, y las acusaciones de su carácter poco combativo (algo que le sobra al alavés) y de no saber vencer a Froome en Francia (algo que sí hizo en La Vuelta) crecen cada vez más. Eso sí, la edad (27), el conocimiento de que puede vencer al británico y la confianza desde el seno del Movistar Team le favorecen. La calidad sobre la bici la tiene, sin duda, pero París comienza a ser una odisea para él. 2018, año clave para el colombiano, de nuevo.

Mikel y Nairo, Nairo y Mikel. Dos caminos que se han encontrado y que parecen no confluir de la mejor manera. De momento, en esta nueva temporada todo parece indicar que Landa irá al Giro sí o sí como líder, y veremos si al Tour, pero siempre tras la sombra de Nairo. Otra vez tras la sombra de otro. Pero a partir de ahí, quién sabe. Muchas cosas pueden pasar. Y mucha hambre tienen los dos.

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