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Kyrie Irving enmascarado sobre el TD Garden (foto: NBA) |
15. A la fecha de realización de esta entrada, los Boston Celtics suman un total de 15 victorias consecutivas, que completan un global de ese cuarto de triunfos y tan solo dos derrotas. A pesar de su gran temporada pasada, nadie esperaba verlos tan arriba, tanto que a día de hoy son el mejor equipo de la Liga. Varios factores lo están provocando.
Un equipo que no se asoma en el Top 5 de casi ninguno de los aspectos ofensivos (solo lo hace en el de triples por partido), pero que basa su juego en el defensivo. Sus 95,9 puntos por partidos de media que recibe la hacen ser el mejor equipo en defensa de la NBA, el que menos puntos recibe. Marcus Smart es la gran referencia en este factor, marcando sus mejores números en rebotes, robos, e incluso asistencias. Y esto es un puntazo. Y más cuando en ataque tienes al que quizás sea el jugador con mejor "handles" de la Liga, como es Kyrie Irving.
Otro que se fue de su lugar de comfort, donde estaba bajo la sombra del "Rey" LeBron, con el que logró un anillo en Cavs (gracias a sus famosos "clutches" también) para ser líder de una franquicia que estaba muy lejos de lo que la historia le hace pertenecer. En apenas un mes ha hecho olvidar a Isaiah Thomas en el TD Garden. Irving es más base, más organizador, la cabeza visible de un conjunto en el que los jóvenes, los experimentados y los "segunda línea" combinan de una gran forma. Hablo de Jaylen Brown o Jayson Tatum, de Marcus Morris, de Shane Larkin, Daniel Theis o Aron Baynes. Irving aporta por ahora menos puntos por sí mismo por partido (20,9 ante 25,2) que la temporada pasada, pero genera más. Y no nos podemos olvidar de Al Horford. En su segunda temporada en Boston, está siendo pieza fundamental en rebotes (8,8 por partido) y puntos (casi 15). El gran complemento de Kyrie.
No todo está siendo bonito en Boston. Es más, comenzó muy mal. Con dos derrotas (en Cleveland y en casa ante Milwaukee), con la lesión en la cara de Irving, y con la espeluznante lesión de Gordon Hayward, llamado a ser el líder de Boston junto al mismo Kyrie. Pero el técnico, Brad Stevens, ha construido un equipo coral, comprometido, atractivo y que sabe sufrir, que hace olvidar la baja del ex de Utah Jazz y que hace ilusionar a propios y extraños.
Los Celtics (y también un tío con barba que vive en Houston) desafían a los extraterrestres Golden State Warriors, Cleveland Cavaliers y al trío Oklahoma City Thunder. Un alivio, un soplo de aire fresco y una esperanza para ver una NBA más abierta de lo que está siendo estos últimos dos-tres años.
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