EL DUELO DE LA ESPERANZA ES CROATA

Lovren y Vida celebran sobre el césped del Luzhniki. (foto: Yuri Kochetkov//EFE)

Croacia e Inglaterra se reunieron en la tarde-noche del miércoles para disputar en el Olímpico de Luzhniki para disputar algo más que un partido de semifinales de una Copa del Mundo, que no es precisamente poco.

Todos los conjuntos tienen una intrahistoria, más o menos interesante, que siempre acaba definiendo su futuro, sus caminos en los distintos torneos, y que acaba generando mitos y datos curiosos. Y esta se hace más especial si cabe cuando hablamos de las selecciones, esos curiosos combinados de futbolistas que durante semanas, un mes como mucho, tienen que convivir, entrenar y lo más difícil, jugar como un equipo.

La selección de Croacia hace 30 años no existía. Tras dejar de pertenecer a la mítica Yugoslavia, el combinado croata vio la luz, y con él los Robert Prosinecki, Niko Kovac -hoy entrenador del Bayern-, Dario Simic, Zvonimir Boban, Ivica Olic, Darijo Srna, o el gran nombre, Davor Suker. El ex jugador de Sevilla y Real Madrid fue el líder de un cuadro que alcanzó la mayor gesta croata, unas semifinales mundialistas. Hasta el miércoles.

Suker con la bandera croata. (foto: These Football Times)

Los chicos que vivieron esa guerra de independencia en su plena infancia han conseguido dar el siguiente paso. Los Modric, Rakitic, Lovren, Mandzukic, Perisic y cía han superado la cota que sus héroes futbolísticos pusieron en el 98. Una derrota ante Francia, con doblete de Lilian Thuram, la frenó de su primera gran final. Curiosidades del destino, esa va a llegar este próximo domingo, y su rival no será otro equipo que Les Bleus.

Para llegar hasta ahí, Croacia ha atravesado un camino pedregoso. De hecho, se puede decir que han jugado un partido más que los galos. Los de Dalic han llegado a la prórroga en los tres partidos de eliminatorias y a los penaltis en dos de ellos, acumulando 90 minutos de más y dos momentos muy tensos. Mucho ha dicho Subasic -con dedicatoria a un amigo fallecido- para llegar hasta aquí.

Dos veces vivió este momento la selección croata. (foto: FIFA)

El choque de semifinales no fue menos sufrimiento. El golazo de falta de Trippier puso por detrás a los croatas y espoleó a los ingleses, que se sintieron muy cómodos durante toda la primera mitad utilizando balones largos para Kane y la salida por banda con Sterling y Lingard, evitando así la temida presión de los balcánicos.

Los últimos 45 minutos fueron un monólogo croata de llegadas y acercamientos al área, que en el primer acto eran inconexas, nerviosas y precipitadas, pero cambiaron en el segundo. Con Mandzukic frenado por alto debido al poderío de Stones y Maguire por arriba, fue Perisic quien, en un remate con escorzo, se anticipó a Walker y batió a un nuevamente excepcional Pickford. El extremo del Inter volvería a avisar con un lanzamiento al palo en los minutos posteriores.

Pero la gloria de lograr el tanto más importante -hasta el momento- en la historia croata le correspondía al delantero de la Juventus. En la prórroga, Mario Mandzukic cazó en el área un balón suelto para desatar la locura que tanto sintió ese cámara salvadoreño sobre el que se abalanzaron los futbolistas de Dalic.

Mandzukic da una mano al fotógrafo salvadoreño caído, que aún así sacó esta captura. (foto: Yuri Cortez)

El contraste se refleja en la selección inglesa. Después de tantos años de malas actuaciones y vergonzosos episodios, el equipo de Southgate plantó competición. Con un juego poco brillante pero sí efectivo y una afición que otra cosa no, pero ruido lo hace, se plantaron en la penúltima estación de una Copa del Mundo que no "visita su casa" desde 1966. Quién sabe si en 2022, cuando la generación campeona del mundo U20 se incorpore, veamos por fin al football coming home. Por lo pronto tendrá que luchar por ser tercera ante Bélgica.

Domingo va a ser el día D en la historia de un país. La fiesta tras el pitido final dejó claro que será más que un partido. Primera gran final para una nación que tanto ha luchado y que dejó en el pasado una generación que llamó la atención a muchos de los amantes del fútbol. Qué recuerdos de 2008 y sobre todo de 2010, cuando nos tocó a nosotros. Disfruten croatas, porque estos momentos no volverán.

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