UN SALTO SIN LÍMITES

Ana Peleteiro celebrando su bronce. (foto: RTVE.es)

Con unas palabras llenas de ilusión y con acento inconfundible, Ana avisaba en los micrófonos de la televisión pública "a toda España" de que va a seguir luchando por mayores metas, pocos minutos después de conquistar su segundo gran resultado en la categoría sénior. "Inconformista" fue la palabra con la que se definió la propia atleta, que ha atravesado un duro camino para lograr aterrizar en la gran escena del triple salto.

Porque una carrera que pintaba a ir para arriba como la espuma en 2012, tras ganar el oro mundial júnior con 16 primaveras de una manera contundente, no lograba arrancar definitivamente tras el salto de categoría. Los continuos problemas físicos estaban arruinando a la gallega. Molestias durante y después de las competiciones suponían más que un quebradero de cabeza. Cansada de ello, dio un giro a su vida deportiva y también personal en el año 2016. Consciente de que necesitaba una vuelta de tuerca, cambió de entrenador por tercera vez en su corta carrera y se mudó de su Ribeira a Guadalajara, nada más y nada menos que 725 km lejos de casa.

Con Iván Pedroso no solo ha mejorado su condición física, sino que se ha rodeado de los mejores del mundo. El cubano unió a Peleteiro a su grupo de grandes atletas, entre los que se encuentran los también saltadores Teddy Tamgho -campeón mundial en 2013- y Yulimar Rojas -campeona del mundo-. Del mayor esfuerzo llevado a cabo, mayor competitividad en las prácticas y un cambio de técnica y de mentalidad que Ana siempre ha destacado, y donde Pedroso ha sido totalmente fundamental, llegaron las alegrías.

Ana nunca olvidará Birmingham. Allí, en marzo de este año, mientras su compañera de entrenamientos, una habitual ya de los podios, celebraba el oro mundial, ella enloquecía con su salto y consiguiente logro. Un bronce que significaba más que una simple presea, el ejemplo de que por fin no es una promesa de esto, es toda una realidad, y de que el trabajo que estaba -y está- realizando es el adecuado, el necesario, el que la puede llevar a la mayor de las glorias en un tiempo no muy lejano.

Peleteiro tras ganar el bronce en Birmingham. (foto: AP)

Al europeo llegó tras conquistar el campeonato nacional de España por segunda vez -ya lo había hecho en 2015-. Getafe vio como además batía su marca personal -14,55-, y Berlín no quería perderse un nuevo éxito de Ana. Primera gallega que logra una medalla en un europeo de atletismo al aire libre, aunque el color de la presea no le guste demasiado -"no puedo decir que estoy superhappy"-.

Más de veinticuatro meses después de ponerse a los mandos de Pedroso, a Ana Peleteiro ya le falta tiempo para empezar a colgarse oros y dibujar una sonrisa aún mayor si cabe. A sus 22 años, no tiene techo ni competitivo ni mental. Lo que sí tiene, y le sobra, es calidad para seguir saltando  cada vez más alto y lejos y seguir superando barreras.

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