LOS CUENTOS DEL FÚTBOL TURCOCHIPRIOTA

(foto: hispanatolia.com)

Chipre es un país que despierta mi interés sobremanera. Aquellos que me conocen saben de sobra acerca de esta cualidad tan peculiar en mí, y es que lo cierto es que la pequeña ínsula mediterránea tiene una gran cantidad de aspectos que me resultan culturalmente atractivos. Uno de ellos sin lugar a dudas es el conflicto turcochipriota, que viene siendo un tema de debate desde mediados del siglo pasado y aún a día de hoy es una cuestión candente para los involucrados.

Para quien no sepa del tema, podemos resumir esto a que la parte turca del país insular, tras múltiples represalias y riñas con la parte griega decidió hace unas décadas proclamarse como país independiente -con la ayuda de Turquía-, dividiendo la isla entre Norte y Sur. No obstante, de entre toda la ONU únicamente Turquía considera un Estado soberano a Chipre del Norte. Este hecho, como es comprensible, mantiene vivo el conflicto en la actualidad.

Si retornamos a lo futbolístico, que es lo que nos incumbe, la selección de Chipre del Norte ha podido gozar por su parte de cierto reconocimiento a nivel mundial gracias a sus participaciones en la Eurocopa y el Mundial de la Confederación de Asociaciones de Fútbol Independientes -también conocida como ConIFA-, y lo cierto es que en ambas competiciones han tenido bastante protagonismo, puesto que han llegado en estos dos últimos años a disputar las finales de ambas.

En 2017 Chipre del Norte cayó en la final de la Eurocopa ConIFA, celebrada en su territorio. (foto: arenasporkolik.com)

Más allá del nivel de las ligas turcochipriotas -no reconocidas por la FIFA-, en el combinado nacional hay un par de jugadores que han llegado a dar el salto a grandes ligas. Uno de ellos es el joven Ahmet Sivri, que a sus 19 años forma parte del Galatasaray turco, y es la gran promesa de la selección. Otro nombre a resaltar es el de Billy Mehmet, que a sus 33 años ha tenido un largo recorrido internacional. Una carrera que desde luego ha visto mundo, comenzando desde la cantera del West Ham United, pasando por más de 150 partidos con el St. Mirren escocés, y llegando hasta ligas tan variopintas como la australiana, la malaya, la bruneana o la singapurense.

No obstante, los cimientos del fútbol turcochipriota se fueron erigiendo en los años 70, con los años de la ocupación turca de la parte norte de la isla. Décadas negras para muchos en el país mediterráneo, que en el ámbito balompédico supuso la emigración de los principales talentos locales a ligas de todo el globo. En otra ocasión hablé de un refugiado y mito como Sotiris Kaiafas, pero el relato que viene a continuación es más disparatado si cabe, teniendo en cuenta el contexto.

La de Yilmaz Orhan es de esas historias que cuestan olvidar. Obligado a emigrar por la inestabilidad política y social del momento, en Inglaterra se le abrieron las puertas para poder llegar a ser un jugador en la élite. Comenzó en un modesto como el Aveley, pero curiosamente, al igual que Billy Mehmet, sus primeros pasos como profesional los dio con el West Ham United, allá por el 1976. Sin embargo, con los hammers no encontró la regularidad y jugó más bien poco, dejando tras de sí tan sólo 8 participaciones en su única temporada en el Boleyn Ground.

Incentivado por la falta de minutos, Orhan se encaminó a la primitiva Liga Norteamericana de Fútbol -la cual fue refundada en 2009, independiente de la MLS-, coincidiendo con mitos como Beckenbauer, Pelé o George Best. Su primera temporada fue con un conjunto tan exótico como el Team Hawaii, y en su segunda campaña defendió la camiseta de los San Diego Sockers tras ser traspasado por el Houston Hurricane. Pese a todo, Yilmaz Orhan no logró adaptarse tampoco con comodidad a la liga, y tuvo unos números bastante discretos, motivo por el cual el turcochipriota fue cedido por parte de los San Diego Sockers al Hartford Hellions de fútbol indoor -parecido pero no semejante al fútbol sala-, donde finalmente sí acabaría brillando.

Orhan, con el nueve a la espalda, intentando un regate. (foto: nasljerseys.com)

En la disciplina indoor de este deporte, Yilmaz Orhan llegó a anotar hasta 240 goles en 276 partidos en la competición, pasando por hasta 11 equipos de la AISA -American Indoor Soccer Association-, números cuanto menos respetables. Pese a algún que otro episodio negro en su carrera, como cuando fue traspasado por los Kansas City Comets a Memphis tras un conflicto con el entrenador y ser sorprendido con posesión de cocaína, se puede decir que tuvo una carrera bastante respetable. En 1987 puso fin a su trayecto tras 11 años como profesional en los Estados Unidos, y tras eso no se volvió a saber demasiado de él. Hay quien dice que ahora vive en Las Vegas y que sigue jugando al fútbol de forma esporádica, pero lo cierto es que esto forma parte de la conjetura colectiva.

Por otra parte, el fútbol turcochipriota también cuenta con su relato trágico, reflejado en la figura de Mete Adanir. Un jugador que comenzó en las categorías inferiores del Dogan Turk Birigli de Limassol, pero que en 1979 se fue a Inglaterra para acabar sus estudios. Allí ingresó rápidamente en la cantera del Leyton Orient, y llegó a ser reserva con el primer equipo, pero jamás pudo debutar como profesional con el club inglés, dado que Adanir no estaba acreditado por la Asociación de Fútbol de Chipre.

En julio de 2016 se inauguró el Mete Adanir Stadium. (foto: kibrishabersitesi.com)

Afortunadamente para él, los ojeadores del Altay turco vieron talento en el delantero turcochipriota, y fue en la Süper Lig donde comenzó su recorrido como profesional. Desde 1981 hasta 1985 fue miembro de este club, hasta que el Konyaspor reclamó sus servicios en la segunda división. Con ellos alcanzó las mejores cifras goleadoras de toda su carrera, llegando hasta las 25 dianas en la 85-86. Pero lo cierto es que su suerte se tornó en infortunio a una velocidad vertiginosa. En 1987 se enfundó la camiseta del Samsunspor, el cual sería su último equipo como profesional. Llegó a jugar con ellos 38 encuentros, hasta que el 20 de enero de 1989 fallecería junto al entrenador y otros 4 jugadores del equipo de camino a una cita como visitantes en un accidente de tráfico. A sus 27 años Adanir dejaba de luto al fútbol turcochipriota como uno de sus grandes precursores e iconos.

Al final uno se percata del valor testimonial de un deporte como este con hechos así. Actos que en ocasiones pasan desapercibidos durante décadas, pero que forman parte de un entramado cultural, deportivo, y social. Retratos de vidas unidas por el terreno de juego, contextos que nos hablan de guerras y de conflictos más allá de los goles, personas que escriben autobiogafías a base de carreras con el cuero. Allá donde hayan dos porterías, habrán multitud de anécdotas humanas, o como me gusta a mí retratarlo: historias de fútbol que nos hablan de historia.

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