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(foto: publimetro.cl) |
Cuatro años. Cuatro largos años para llegar aquí. El día más feliz para el aficionado al fútbol y a la vez el más triste, porque no se volverá a repetir hasta dentro de más tiempo incluso de lo normal. 1617 días sin este cosquilleo que surge en un día donde, pase lo que pase, se hará historia. No está Brasil, no está Alemania, no está Argentina, ni España, ni mucho menos Italia. Franceses y croatas han llegado a la última estación de forma inesperada -sobre todo por los segundos-, pero prometen espectáculo y emoción, la que nos han venido dando hasta ahora.
Mundial de Francia 1998. La Francia de Deschamps contra la Croacia de Suker se baten en un duelo de semifinales, que se acaban llevando los galos con un doblete de Thuram que remontó el tanto inicial del antes nombrado jugador croata. 20 años después, Rusia vuelve a cruzar sus caminos, con Deschamps en el banquillo de Les Bleus y Suker en los despachos de la federación croata. Ambas selecciones vivían su mejor momento en aquellas fechas, Francia con una generación de oro que le permitió levantar a la postre ese Mundial y la Eurocopa 2000, y Croacia con un equipo que prácticamente acababa de surgir, debido a la desaparición de Yugoslavia, que traía un soplo de aire fresco e ilusión.
Dos décadas después, Francia y Croacia vuelven a disfrutar de dos generaciones más que capacitadas. Los galos han disputado hace dos años una final de Eurocopa, precisamente en Francia, en la que no consiguieron el triunfo, mientras que los croatas, a pesar de no poseer triunfos importantes como selección, sí lo han hecho como individuales en sus respectivos equipos, o sea, experiencia la hay, y de sobra.
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Tercer adolescente que jugará una final del Mundial. El primero fue Pelé. (foto: FIFA) |
Cuesta creer que en ese partido de 1998, una de las estrellas que pondrá Deschamps en liza aún no hubiera nacido. Kylian Mbappé vio por primera vez el mundo cinco meses después del choque. Y con tanta velocidad como ha llegado a la élite pondrá en peligro esta tarde a la defensa croata. La verticalidad de
Donatello -por su parecido con la
Tortuga Ninja- es uno de los pros de la selección francesa, un equipo muy rápido y vertical en ataque y a la vez compacto en defensa, que ha sabido dominar y deshacerse de selecciones como Argentina -en uno de los partidazos del Mundial-, la rocosa Uruguay y
la sensación Bélgica, finalmente tercera.
No es para menos, Francia cuenta con muchísimas estrellas de nivel que han brillado en este Mundial. Empezando por la defensa, Lloris ha estado muy sólido, parando poco pero muy importante, gracias en parte a Umtiti y Varane, probablemente, la pareja que mejor se entienda de este Mundial. Al corte, por arriba, uno para uno, superiores en Rusia a cualquier otro par -con permiso de Uruguay, siempre-. Los laterales que no son laterales han sido claves. Sus subidas incisivas han abierto mucho el campo y las posibilidades de ataque a los hombres de ese flanco. Lucas y Pavard se han dado a conocer al mundo.
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Enamorados de Pavard. (foto: Getty Images) |
Kanté escribe la definición de "compacto" que le otorgo a este equipo. Se han hecho muchas bromas de "¿cuántos pulmones tiene?" y estoy empezando a pensar que sí, que tiene más de dos. Lo corre absolutamente todo y roba más. El que más recuperaciones ha hecho de este Mundial. Con su trabajo incansable, libera a un Pogba que ha ido a más desde la fase de grupos. Muy necesario para Deschamps, que lo mantuvo a pesar de las críticas recibidas -también por parte de un servidor, no me escondo-, como lo es un Matuidi que no sabemos si es interior o extremo. Viviendo una segunda juventud en la Juventus.
Arriba, a parte de a Mbappé, quiero destacar a Griezmann. El colchonero se ha erigido en Rusia como el líder de Francia. En más de una ocasión lo hemos visto asumir responsabilidades de cuándo atacar y de qué forma, de tirar los penaltis y de tirar del carro. No es por nada que de los últimos veinte goles galos en Mundial o Eurocopa, él ha participado en trece. Giroud les hace a ellos el trabajo más fácil con su sacrificio. Curiosamente, mejor en la selección que en su equipo.
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Más líder que nunca. (foto: Getty Images) |
Si la solidez es la seña de identidad de Francia es la velocidad, la de Croacia es la presión arriba en defensa -que ahogó a Argentina en esa exhibición de fútbol- y la posesión de la pelota. El desgaste físico producido por jugar un partido de más -tres prórrogas- y el mental de llegar a las penas máximas -dos han jugado- puede jugar en contra de los croatas, sobre todo en el primero de los factores. Su camino, a pesar de ir por el lado fácil, no ha sido de rosas precisamente.
Ante Dinamarca -que curiosamente se enfrentó a los dos finalistas y no perdió con ninguno- en octavos y Rusia en cuartos llegando a penaltis y contra Inglaterra en la prórroga, y por si no era poco, empezando perdiendo en todos.
La mayoría de aficionados y conocedores de esto destacan a Rakitic -que jugará su partido número 71 de la temporada- y Modric en la selección croata como diferenciales, pero para eso mismo, para diferenciarnos, nosotros vamos a poner el foco en un hombre que ha cambiado el equipo. Hablo de "Epic Brozo", que hace un año se hubiera reído si le dicen que iba a jugar una final del Mundial, y más como pivote. Brozovic libera la magia de Ivan y Luka, dando a la vez una salida limpia de pelota, porque calidad no le falta. Ante Inglaterra, que supo explotar su soledad en el pivote, sufrió más de la cuenta, algo que el seleccionador Dalic deberá controlar si quiere finalizar el trabajo que comenzó hace más de diez años con esta generación de futbolistas y que en Brasil 2014 se frenó en seco.
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Ivan y Luka, los líderes de esta generación croata. (foto: EPA) |
Hay otros cuatro nombres propios por los que Croacia ha llegado hasta aquí. El primero es el guardameta, Danijel Subasic. Sin sus tapadas espectaculares en las tandas de penaltis ante daneses y rusos, el sueño croata se hubiera acabado hace días. Rebic, a pesar de pasar algo desapercibido comparado con el resto, es un extremo imparable, que además
entiende e interpreta el juego. Otro de los que ha ido entrado en el once en medida que avanzaba el Mundial.
Por último, dos viejos conocidos como Ivan Perisic y Mario Mandzukic. El centro de Vrsaljko que remata el jugador del Inter inició la remontada ante Inglaterra en semifinales y activó al propio futbolista, que cuando quiere, es un diablo por la banda. El gol más importante de Croacia hasta la fecha lo marcó el delantero de la Juventus, un Mandzukic que a pesar de estar frenado buena parte del partido por la superioridad en alto de la zaga de los pross supo encontrar su oportunidad. Otra cosa no, pero trabajo, trabajo y más trabajo te lo va a dar el ex del Atlético de Madrid.
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"Epiz Brozo" y Perisic, fundamentales. (foto: nerazzurriale.com) |
Francia es la favorita. No hay duda. Imitar a sus héroes del 98 es su objetivo. Pocas concesiones en un equipo tan joven -el que más del Mundial junto a Inglaterra, con 25,5 años de media- no son normales, y tanta calidad y desparpajo tampoco. Pero a Croacia no le importa que esa vitola no les pertenezca. No son menos, no se van a amilanar. Ellos solo quieren ganar para coronar a esta generación de oro y, en alguna forma, vengar a la de hace dos décadas. Porque quizá esta sea la primera y la última oportunidad. Muchos querrían estar en el lugar de los 22 privilegiados que se disputarán a partir de las 17:00 ese bellísimo trofeo en el Luzhniki de Moscú. Qué ruede el balón por última vez en Rusia -y a la vez, que no lo haga-. Bendito Mundial.
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