EL ÚLTIMO PÉTALO

Florentino y Zidane en su presentación como entrenador del Real Madrid. (Foto: EFE)

Cuando se anunció su fichaje mi mayor miedo era cuál sería su futuro. No me entraba en la cabeza la idea de que una leyenda como esta pudiese irse por la puerta pequeña si su trabajo como entrenador no era considerado lo suficientemente bueno por la dura y exigente hinchada madridista. Me aterrorizaba pensar que podría pasar de recordarse a Zidane por su maravillosa volea en Glasgow o por su control en el centro del campo a recordarse por su mala gestión como entrenador. Me atormentaba pensar que podría ser odiado, sí, también él, como tantos otros entrenadores en los últimos años, por la grada. No se trataba de tener poca confianza en él, sino en una afición que pocas veces supo valorar a quién tenía en el banquillo.

Pero todo lo contrario sucedió, pues Zidane deja el equipo siendo un entrenador de récords. No lo digo yo, lo dicen sus números. Esos que nunca mienten. Llegó con un equipo hundido, con el escándalo Cheryshev en Copa y sin esperanzas reales en Liga. Pero Zidane fue construyendo, paso a paso, partido a partido, su gran leyenda y, sobre todo, su gran equipo. Como quien empieza en un albergue y acaba en un hotel 5 estrellas.

Desde aquel 4 de enero de 2016, Zidane consiguió encadenar 40 encuentros invicto desde abril de 2016 hasta enero de 2017. En ese periodo, el equipo ganó 30 partidos y empató 10, marcó 115 goles y recibió 39. En la Liga que ha ganado como entrenador, temporada 2016-2017, logró 16 victorias consecutivas, igualando el récord de Pep Guardiola con el Barcelona en la misma competición. De hecho, Zidane tiene un alto porcentaje de victorias durante el tiempo que ha encabezado el club blanco: perdiendo únicamente 16 partidos en estos dos años y medio. Además, tiene pleno de victorias como entrenador en finales, ha ganado las ocho que ha disputado: 3 Ligas de Campeones, 2 Supercopas de Europa, 2 Mundiales de clubes y 1 Supercopa de España. 149 partidos oficiales y 9 títulos ganados. 3 Copas de Europa consecutivas. 1 título cada 17 partidos. No hay nada igual en la historia del club. 

Zidane manteado por la plantilla tras la Decimotercera. (Foto: El Bernabéu-El Español)

En 2006 dejó el fútbol en lo más alto. Como casi nadie sabe hacerlo en la profesión. Parecía imposible un adiós con más elegancia y grandeza. Siempre fiel a su timidez, hablaba donde mejor sabía hacerlo: en el terreno de juego. Pues bien, hoy ha dejado el banquillo del Real Madrid cinco días después de ganar su tercera Champions League como entrenador. Se va sin escándalos, sin hacer ruido, como a él le gusta, sin marear a nadie con "ahora me voy, ahora me quedo", Por la puerta grande, algo no habitual en la tradición del club blanco. Sin nada más que decir que "este equipo debe seguir ganando y necesita un cambio. Para eso, después de tres años, necesita otro discurso, otra metodología". Zidane se va, una vez más, con la elegancia que lo caracteriza. Lo hacía con las botas puestas y ahora con el traje. Nadie en la historia del club ha sabido irse de mejor forma que él. No se puede ser más leyenda.

Presidente y ya ex entrenador en la rueda de prensa de su despedida. (Foto: EFE)

Gracias, Zizou, por devolvernos la ilusión. Por convertir al equipo en mucho más que eso. Hacer que fuesen una piña. Gracias, Zizou, por conseguir que los mejores jugadores del mundo se olvidasen de la rivalidad y tuviesen un único objetivo común: ganar. Gracias, Zizou, por todo lo conseguido. En el día de hoy, en el que hasta Florentino estaba emocionado, solo esa palabra tiene sentido. Gracias, Zizou. Merci, Zinedine. Hasta pronto.

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