COMO NUNCA Y COMO SIEMPRE

(foto: NBA)

El Real Madrid campeón de la Champions, Froome ganando una Gran Vuelta, otra final Inter-Barça... y otro Cleveland Cavaliers-Golden State Warriors en las NBA Finals. La vida sigue igual, aunque las cosas cambien.

Nunca dos equipos habían repetido una final de la NBA más de dos campañas seguidas en toda la historia. Los de Ohio y los de San Francisco llevan ya cuatro consecutivas. Cavs y Warriors están firmando una de las rivalidades históricas de la mejor liga de baloncesto del globo terráqueo, junto a aquellos Celtics de Bird y los Lakers de Magic, los Bulls de Jordan y los Knicks de Ewing, los Bad Boys de Detroit y los Bulls de Jordan de nuevo, los Lakers de Kobe y los Spurs de Duncan... y muchas, muchas más.

Esta temporada ha sido un clarísimo parecía que sí... Los Cavs han completado la peor temporada regular de las últimas cuatro campañas, con un balance de 50 victorias y 32 derrotas, firmando la cuarta plaza en la Conferencia Este, por detrás de Raptors, Celtics y 76ers. Más allá de eso, que puede resultar hasta irrelevante para un equipo de tales dimensiones, lo peor han sido las sensaciones. Un equipo a la deriva, solo sostenido por un monstruo de nombre LeBron y de apellido James. Ni tras una revolución en el cierre de traspasos los de Ty Lue han remontado el vuelo hasta ser creíbles.

Esta podría ser perfectamente la foto de plantilla de los Cavs. (foto: Getty Images)
De hecho, de no ser por las terribles actuaciones de "The King", Cavaliers no estarían en las finales. Ni en la final de Conferencia. Ni en la semifinal. "Creía que no iríamos ni a los PlayOffs", palabra del rey. LeBron ha sido todo para los de "The Land" cuando estuvieron ante las cuerdas contra los Indiana Pacers de Oladipo y contra los Boston Celtics de Tatum, llegando en ambas series al Game 7, y en la barrida a los Raptors por 4-0. Un bicho competitivo que se está acostumbrando a "jugar solo", un jugador indestructible que solo sabe batir récords, y muchos ha destrozado en estas rondas finales de la temporada. 41,3 minutos por partido, 34 puntos por partido, 9,2 rebotes por partido, 8,8 asistencias por partido, 1,4 robos por partido, 54,2% en tiros de campo. Actuaciones que han dejado a la opinión pública dudando de si ha llegado a la altura de Michael Jordan. Palabras mayores. Monstruoso. Indispensable.

Los Warriors son otra cosa. Otro rollo. Steve Kerr tiene a su disposición un plantel plagado de estrellas y ganadores. Los mejores en defensa y los mejores en ataque. Francotiradores y murallas. De estos nombres no hace falta decir mucho: Stephen Curry, Kevin Durant, Klay Thompson, Draymond Green... y André Iguodala. No se notó tanto la baja de Curry en los partidos de primera ronda como la del MVP de las finales de 2015. Jugador que pasa muchas veces desapercibido, su ausencia fue fundamental en varios partidos de la serie contra Houston Rockets. Los Harden y cía estuvieron a punto de hacer saltar la banca, pero un desastroso Game 7, con 27 tiros de tres consecutivos fallados, y la baja de Chris Paul, tiraron por la borda sus opciones.

Durant ante Harden, dos ex Thunder. (foto: Getty Images//Ronald Martínez)
Han sido unos PlayOffs a los que tampoco están acostumbrados en la Bahía. El escenario que vivieron con los Rockets solo es superado por el vivido con los Thunder de Oklahoma en 2016, cuando el equipo capitaneado por aquel entonces por Russell Westbrook y Kevin Durant (antes de "la traición") a punto estuvo de cargarse a los Warriors, antes de que estos cedieran ante los Cavs en las finales, en su única derrota en los últimos tres años. Los Curry y compañía han sufrido más para sacar adelante los partidos que la temporada pasada, cuando solo concedieron una derrota en toda la post-temporada, en su camino al título.

El arsenal ofensivo de los de San Francisco junto a su fiabilidad defensiva los hacen claramente favoritos para repetir anillo por segundo año consecutivo. Con el entrenador Kerr al 100% esta temporada, el cansancio y las dudas acerca del estado de Iguodala, que será baja en el Game 1 (Bell, Looney o McCaw, posibles sustitutos), son los únicos pero que se le plantean a los Warriors. Por parte de los Cavaliers, con la duda de Kevin Love, Lue le pondrá más velas y flores a su estampita preferida, a su ángel LeBron James para que intente el milagro, ese que ya hizo hace dos temporadas, cuando el rival eran los Golden State de los récords, del 72-9 en la liga regular. Pero ese día estaba un tal Irving de su lado, y el cansancio y responsabilidad de "The King" no eran tan grandes.

Esta madrugada en el Oracle Arena de Oakland comienza la cuarta batalla de esta maravillosa guerra. Como siempre desde hace cuatro años. El Rey contra la Armada. Pero como nunca antes lo habíamos visto. No sabemos qué pasará, pero sí podemos asegurar que el show no faltará.

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