POR EL ORGULLO Y EL AMOR PROPIO

Del Potro tras derrotar a Federer. (foto: Getty Images)

Juan Martín del Potro es un condecorado tenista argentino de 29 años. Pero por encima de eso es un luchador. Su reciente victoria en la final de Indian Wells 2018 ante nada más y nada menos que Roger Federer ha supuesto, a parte de la primera derrota del suizo esta temporada, el primer trofeo Masters 1000 que "Delpo" ha levantado en su difícil y admirable carrera deportiva.

El 3 de febrero de 2016, el tenista de Tandil ocupaba el número 1045 del Ránking ATP. Un hombre acostumbrado a jugar partidos, incluso finales, importantes y a codearse con los mejores, se veía abocado a posiciones y escenarios que poca gente, o nadie, tiene en cuenta en el mundo tenístico. La razón, dos años sin apenas jugar por su maldita muñeca izquierda. Esa articulación le llevaba lastrando desde 2010 y sobre todo 2012, un año muy especial en su vida. En Londres, Del Potro consiguió una histórica medalla de bronce en los Juegos Olímpicos, la primera presea de un argentino en tenis individuales en la historia olímpica. Y en ese mismo 2016 en el que volvió a las pistas, "Delpo" renació.

"Peleando por volver a ser feliz dentro de una cancha" (foto: Juano Tesone)

Aunque en realidad, nunca había muerto. En Río lo dejó bien claro. De nuevo una cita olímpica, y de nuevo una medalla colgada en su cuello, esta vez la de plata, tras caer ante Andy Murray en la final. Pero nunca una plata supo tanto a oro. El tandilense se deshizo de dos superestrellas como Djokovic y Nadal tan solo seis meses después de regresar de la inactividad para volver a completar un hito histórico en el olimpismo argentino. Por si fuera poco, 2016 tenía más para él. Volvió a triunfar en Estocolmo tras casi tres años sin títulos y a formar parte de la historia tenística del país albiceleste. Juan Martín retornó a la selección argentina para en noviembre ser pieza clave en la primera Copa Davis de la historia de Argentina.

Del Potro siempre ha sido un tenista que ha caído bien en el público. Su estilo de jugar, de nunca rendirse (semejante a Nadal), de garra, de ser un hueso duro para cualquiera, acompañado de su sonrisa, simpatía y naturalidad constante, con todos, incluso sobre la pista, ha sido algo en qué identificarse para el aficionado tenista. Por eso, cuando Juan Martín comenzó a sacar la cabeza del pozo, de las arenas movedizas, de la desmotivación, de la desgana y de la soledad en la que se había sumido, este vídeo que el propio tenista envío a sus amigos un día cualquiera durante su recuperación se hizo viral.



Del "estuve a punto de dejar el tenis" al "me sigo sorprendiendo a mí mismo y quiero seguir sorprendiendo". Río y la Ensaladera como "puntos de inflexión". Del Potro vuelve a ser feliz, divertirse y a divertir jugando al tenis, y en este 2018, tras dedicar este Indian Wells a su más fiel amigo, su perro César, recientemente fallecido, promete más. 22 títulos (US Open 2009, un Masters 1000, nueve ATP 500 y once ATP 250), las medallas olímpicas y la Davis lucen ya en su historial, pero será su tesón y sus ganas los que siempre brillen por encima.

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