EL PASTOR QUE GANÓ UNA SUPERBOWL

Foles con el trofeo Vince Lombardi (foto: AFP)

Las expectativas estaban muy altas. La remontada de los New England Patriots en 2017 era insuperable, un hito, un milagro. Pero lo que los Philadelphia Eagles hicieron esta pasada madrugada no se queda lejos, sobre todo la actuación de un hombre, un devoto de Jesucristo que nunca dejo de creer.

El 15 de diciembre, a menos de un mes de los PlayOffs, Carson Wentz caía lesionado y los Philadelphia Eagles veían tambalearse sus opciones de SuperBowl e incluso de vencer en su Conferencia. Sin su quarterback titular, los Eagles no eran lo mismo. El sueño de su primera SuperBowl se alejaba. Solo una solución parecía factible para minimizar daños: depositar todas las esperanzas del puesto más importante de un equipo de fútbol americano en el número 9, en Nick Foles.

Nick Foles no es un jugador de fútbol americano al uso. Alejado de los excesos, de las cámaras y de todo lo que envuelve a una liga tan globalizada como la NFL, se define en su Twitter como "creyente en Jesucristo, marido, padre, hijo, hermano". Su situación futbolística ayudaba también a estar apartado de los focos. Hace apenas un año y medio, Foles no tenía equipo, y la idea de la retirada comenzó a rondar su cabeza. Su sueño de ser un pastor cristiano y profesar su fe por Dios y Jesús le ilusionaba más que seguir jugando. Muy atrás quedaba el 2013, segundo año en la élite de Foles, en el que con 27 touchdowns y 2 intervenciones se situó como una de las grandes promesas de la Liga. A partir de ahí, caída en picado, con salidas a Los Angeles Rams y a los Kansas City Chiefs sin éxito, para acabar retornando a los Eagles en 2017. A su sueño le tocaba esperar. Ser suplente de Wentz parecía su destino. Pero todo cambió. Vaya si cambió.

El partido comenzó a fuego lento, con los dos conjuntos respetándose. La lata se abrió con sendos Field Goals de Elliot para Eagles y de Gostkowski para Patriots. Fue a dos minutos del final del primer cuarto cuando emergió la figura de Foles. Un increíble pase de 34 yardas y una fantástica recepción de Jeffery se convertían en el primer touchdown del choque y la primera ventaja importante de Philly. Ya en el segundo cuarto, el fallo en el pateo de Gostkowski y la lesión de Cooks supusieron un importante hándicap para New England, que en el minuto 22 recibía el segundo touchdown tras una jugada en la que Blount se la guisó, y Blount se la comió. De la mano de otro Field Goal de Gostkowski y un touchdown de White, los Pats se metieron de nuevo en el choque, a pesar de que en el extra point Gostkowski volvió a fallar. Pero los Eagles, más concretamente su técnico Doug Pederson, supieron reaccionar. Una tremenda jugada de pizarra permitió a Foles convertirse en el primer jugador en la historia de la SuperBowl en dar un pase de TD y hacer un TD. Elliot convirtió el extra point y los Eagles se fueron al descanso con 12-22.

Después del espectáculo musical, con Justin Timberlake y cía, tan típico estadounidense, volvió la tormenta. La enorme figura de Gronkowski hizo aparición, y a pase de Brady convirtió un sencillo touchdown, y posterior extra point de Gostkowski. Sí, son dos hombres distintos. Pero Nick Foles volvió a encontrar respuesta a la reacción de los Pats. Pase magistral a Clement y el cuarto TD de los Eagles era una realidad. Junto al extra point de Elliot, el 19-29 se instauraba en el marcador favorable a Philadelphia. Pero antes del final del tercero, la conexión Brady-Hogan daría otro touchdown a New England, que junto al extra point de Gostkowski ponía el 26-29. Todo muy abierto para el último y decisivo período. Elliot no fallaba en el Field Goal para los Eagles, que ponían seis puntos de margen. Pocos para Brady. De nuevo conectó con Gronkowski, y junto al extra point de Gostkowski, los Patriots se ponían por delante por primera vez a nueve minutos del final. Pero quién sabe si Foles le pidió al señor, a su pastor, que lo iluminara. Que le diera una pista para ver la jugada perfecta. Así, el 9 vio el corte de Ertz y este se abalanzó a la end zone para lograr el touchdown que a la postre sería decisivo. Eso sí, no sin la revisión de los árbitros. Foles lo había hecho, otra vez. En ese momento, los Eagles se la jugaron con una conversión de dos puntos que hubiera sido decisiva, pero fallaron. Los Patriots tenían su oportunidad, dos minutos... pero Brady falló. Un fatídico fumble acabó casi por completo con sus opciones. Con un minuto para el final, otro extra point del infalible Elliot puso el 33-41 para los Eagles. Un último minuto en el que los Eagles ahogaron a los Patriots, que fueron incapaces de crear una jugada inteligente. A la desesperada, en la última jugada, con un balón larguísimo de Brady a Gronkowski, tampoco lo lograron, y acabaron por conceder su título.

Foles y su hija celebrando la SuperBowl (foto: Twitter @NFoles_9)

Con el pitido final, Philadelphia estalló de alegría con la primera SuperBowl en su historia. Mientras, un hombre con el nueve a la espalda, el primero en dar y conseguir un TD en una SuperBowl, y el segundo en quitarle una al gigante Tom Brady (y quien sabe si tirar su dinastía y la del técnico Belichick), cogía a su hija y celebraba en familia el mayor logro de su carrera. Al menos hasta que cumpla su sueño. El próximo año su sitio en el equipo no está asegurado. Quien sabe si ese sueño no está a la vuelta de la esquina. Nick Foles, el héroe inesperado.

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